Fórmula 1 | La intrahistoria

Abu Dhabi le debe una sonrisa a Fernando Alonso

Allí se esfumó su título en 2010

Se veía por una rendija que dejaba el alma helado. Abrazado a uno de sus mecánicos, Fernando Alonso, esa leyenda del automovilismo que todo lo tiene, lloraba como si le hubieran quitado la vida, mientras sólo unos metros más allá sonaba una música atronadora en la caseta azul.

El español, después de toda una temporada jugándose la vida, luchando por cada décima y cada centímetro de asfalto, después de un año en el que, con el tercer mejor coche de la parrilla había llegado líder destacado a la última carrera, perdía el campeonato, su campeonato, ese tercer título tan ansiado, el que debió ser el primero en su primera temporada vestido de rojo Ferrari. Su sueño...

Después, el asturiano volvió a dejar correr las lágrimas ante la Prensa que le aplaudía y algunos intentábamos animar a una persona sin consuelo en ese momento. Lo pasó mal, muy mal, Alonso después del GP de Abu Dhabi en 2010. Ese día cambió la historia y comenzó la época de Sebastian Vettel. El alemán llegaba tercero al gran premio que cerraba la temporada, pero era, es y siempre será la apuesta clara de Red Bull.

Mientras en Ferrari miraban a Mark Webber, segundo entonces, y dejaban a su estrella española atrapada en la cárcel de un circuito estrecho sin posibilidad de adelantamiento detrás del Renault de un ruso que hizo la carrera de su vida, Vettel se lanzaba a por la victoria y el título. Petrov fue el muro para Alonso, aunque la estrategia de Ferrari también.

Aquel año, Fernando cometió algunos errores a principio de temporada, aunque empezó ganando. Nada que ver con éste. Esta vez el español ha sido perfecto en cada carrera, ha sacado el límite y más de su Ferrari y merece cambiar aquellas lágrimas por una sonrisa enorme, amplia, que le ofrezca esperanzas de lograr un título que merece. Vettel intentará seguir su racha. El duelo es entre dos grandes de la historia. Que gane el mejor...

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