María de Villota

"Lo mejor está por venir, hay vida más allá de la F-1"

María de Villota está muy recuperada del accidente que sufrió al volante del Marussia en Duxford y ayer afirmó que no se arrepiente de nada: "He vivido a tope, como yo quería. Siempre he sido muy cabezota"

jesús rubio.

Cien días después de aquel fatídico 3 de julio, María de Villota reapareció ayer ante la Prensa en la sede del CSD en Madrid. Muchas cosas han cambiado, pero algo sigue inamovible: la perenne sonrisa en la cara de la madrileña de 32 años. Tras el inciso del presidente de la RFEdA, Carlos Gracia ("Está para hablar de ella, no del accidente porque hay una investigación abierta"), María tomó la palabra bajo la atenta mirada de una sala repleta de familiares, amigos como Carlos Sainz, junto a su hijo Carlos Jr; Reyes, mujer de Pedro de la Rosa; Salvador Serviá; Theresa Zabell... y un sinfín de periodistas.

"Va a ser inevitable que sea sentimental", avisó María y sin duda que lo fue: "Hay dos momentos que quiero destacar. El primero cuando desperté y el cirujano me dijo: 'Te hemos salvado, pero has perdido el ojo derecho'. Yo le contesté: '¿Usted es cirujano, ¿no? Necesita dos manos para operar; yo soy piloto y necesito dos ojos'. Como si el pobre hubiese tenido alguna opción de salvarlo". Nudo en la garganta de los presentes y lección de vida y superación de la madrileña: "Con el tiempo ves el cariño y cómo te ve tu familia, tu novio... y te das cuenta de que ves más que antes. Perder el ojo me ha devuelto el norte. Antes todo era F-1, sólo me veía en un coche y no lo que realmente era importante en mi vida".

Demostración de que la superación de lo sucedido va por excelente camino, aunque la dura y difícil realidad reaparece sin compasión: "El primer día que me miré al espejo estaba con mi madre. Me vi y me quedé aterrada, pero más impactante fue cuando la miré a ella. Dije: 'Quita bicho' y mi madre sonrió pero yo pensé ¿quién me va a querer así? Mi familia, mis amigos y todos los que han luchado por mi sueño han estado más cerca que nunca cuando me sentía muy pequeña. Me han querido para esta vida y para cubrir la que viene ahora". Y afirma con mucha rotundidad: "Mi aspecto actual dice mucho más de quién es María de Villota que el aspecto anterior. Llevo mi historia con muchísimo cariño y orgullo".

María, pese al poco tiempo que ha transcurrido, es consciente de que el camino no ha hecho más que comenzar y asume que deberá superar muchos problemas: "Tengo dolores de cabeza que no se sabe cuánto durarán, probablemente años; tengo que controlar mucho el esfuerzo por la presión craneal. También he perdido el olfato y, del gusto, lo que está ligado con el olfato".

Pese a la claridad con la que María habla de las secuelas que la acompañarán de por vida, sus palabras demuestran nulo arrepentimiento porque lo sucedido es fruto de un episodio negativo mientras luchaba por alcanzar su sueño: "Las cicatrices poco a poco se irán curando. Las llevo con orgullo y no me arrepiento de nada de lo que he hecho en mi vida. La he vivido a tope, como yo quería. Siempre he sido muy cabezota y ahora doy fe. Esto es una carrera de resistencia y todavía nos queda".

Toca hablar del futuro, pero antes la madrileña recuerda los mensajes de ánimo de los pilotos: "No puedo destacar ninguno, pero sentí muy fuerte los de los españoles. Siempre quise su respeto y no ha podido ser en la pista, pero estoy feliz de tenerlo aquí fuera". Respecto a los planes a medio plazo, María no lo tiene claro pero enfoca sus preferencias: "Estoy centrada en las operaciones que me quedan. Quiero estar al 100% y aún no sé qué haré, pero estaré en tres bandos. El primero es el del mundo del motor porque lo llevo en mi ADN. El segundo, los enfermos; estoy en el bando de los que están malos y tengo que hacer algo por ellos. Y el tercero es el de la mujer. Ahora sí tengo un impedimento físico para pilotar un F-1, antes no lo tenía. Quiero que se coja el relevo y seguiré luchando para que una mujer con talento y trabajo tenga un sitio. Las niñas del kárting deben tener un referente para imitar y luchar por el objetivo".

Tanta entereza sorprende, pero María lo explica fácilmente: "Cuando sueñas con la F-1 te preparas a diario y te expones a duras pruebas. El quirófano era como una prueba de la FIA, pero lo crucial ha sido ilusionarme con el futuro. Mi familia y la gente que me apoya mueve mi motor interior. Tengo ilusión por vivir. Hay vida más allá de la F-1 y lo mejor está por venir".

Afirmar que no se ha perdido ni un gran premio de F-1: "Para mí es inevitable, ha pasado lo que ha pasado, pero lo veo de forma natural, sin ningún tabú". Y desveló que seguirá en la escuela de su padre, Emilio: "Ha sido mi día a día y mi vida, así que seguro que estaré".

Por último, explicó las razones de la exclusiva en 'Hola': "Ha sido mi patrocinador desde que levantaba dos palmos del suelo. Tengo relación familiar con ellos y vi la oportunidad de contar lo que había pasado sintiéndome como en casa. Para mí era difícil explicarlo y esto me daba fuerzas para llegar más entera a este momento". Suerte y mucha fuerza, María.

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