Fórmula 1 | La madrileña está muy recuperada

"He ganado esta carrera porque estoy viva"

María de Villota habla por primera vez desde su accidente en 'Hola': "El día que me miré al espejo tenía 104 puntos que parecían cosidos con cuerda náutica y había perdido el ojo derecho, me quedé aterrada"

EFE

"Esta carrera la he ganado porque estoy viva". Así resume María de Villota en 'Hola' los últimos cien días de su vida, esa segunda vida que comenzó tras el accidente que sufrió el pasado 3 de julio en una pista británica. Tres meses duros y difíciles que le han servido para reflexionar y aceptar lo sucedido y que parten de un complicado inicio: "El primer día que me miré en el espejo tenía 104 puntos en la cara, negros, que parecían cosidos con cuerda náutica, y había perdido el ojo derecho. Me quede aterrada. También recuerdo la voz de la enfermera: '¡Venga María, aguanta!'. Le cogí manía porque me insistía en que siguiera y yo no podía más. Era como una entrenadora muy severa de una de esas películas de soldados".

Malos momentos en los que la piloto de 32 años se ha agarrado al enorme apoyo que ha recibido desde todos los ámbitos: "Me he sentido muy querida, muy respetada por mis compañeros y por todo el mundo del motor, y eso me ha ayudado muchísimo en mi recuperación. Para mí, lo más importante era poder lograr el reconocimiento de los compañeros a los que yo admiro. Yo quería estar a esa altura".

De Villota sabe que no volverá a la alta competición, pero logró alcanzar su sueño y está segura que todo lo que le ha ocurrido es porque la vida le tiene preparado otro plan de futuro: "Mi vida va más allá de mis sueños porque mi sueño era la F-1 y lo conseguí: soy piloto, me siento piloto. Si no hubiera perdido un ojo, ya estaría otra vez subida a un fórmula. Por algo lo he perdido. Algo me espera en la vida, seguro. Ahora que sólo tengo un ojo, quizá percibo más cosas, mi vida era una lucha contra el crono y ahora es cuando veo que hay que parar y medir las cosas de otra forma. Ya no son décimas de crono, sino los pequeños momentos".

En la entrevista también participa Isabel, hermana de María, y la persona que no se ha separado de su lado en ningún momento. Así recuerda los primeros momentos en los que la vida de la madrileña pendió de un hilo: "Fui la primera en llegar al accidente. Me desmoroné al ver el casco de María atravesado por una rampa. Intenté sacar el coche de debajo, empecé a gritar, hasta que vinieron los mecánicos. Me separaron del coche y ya no me dejaron volver a donde estaba María. No paraba de preguntar: ¿Está muerta?, y ellos me decían que no lo sabían. Entonces me tiré al suelo de la pista, me puse a rezar como una condenada y, al cabo de los angustiosos minutos que pasó inconsciente, alguien dijo: 'Se está moviendo'. Y yo pensé: Gracias, Dios mío".

La parte más espinosa llega cuando María habla de lo que ocurrió en Duxford: "Lo que causó el accidente todavía se está investigando. Mi intención es ayudar de cara al futuro, mejorar la seguridad, sobre todo, en los test aerodinámicos, porque en los circuitos sí está todo muy controlado, pero en este tipo de pruebas, no". Está claro que lo sucedido en la pista inglesa deberá dilucidarse en los tribunales y allí es donde se hablará, desde la próxima semana.

Lo más visto

Más noticias