Hamilton se convierte en la mayor amenaza

Cuando un piloto ha perdido toda esperanza, el buen humor desaparece; cuando no hay posibilidades, las ganas de bromear se quedan en el cajón de la desesperación. Pero ayer Fernando Alonso, a pesar de los pesares, incluso esperaba a los periodistas para la rueda de prensa. O a su famosa gorra de plato. Sea como fuera lo cierto es que el español se mostraba animado con su quinto puesto en la calificación. Fernando contó que el podio es el objetivo, pero depende...

En el concurso de tópicos, ayer en Singapur ganó el relamido: los puntos se dan mañana, la carrera no ha sido hoy... Sin embargo, lo cierto es que la situación de Ferrari y, por ende de su líder, puede complicarse si el coche rojo no mejora en la carrera, como suele, y no evoluciona para los próximos grandes premios, ahí ya tenemos dudas. Porque los rivales están ahí y todos los genios necesitan lámpara. Es decir, que si el coche no está al nivel de los mejores, ni el mejor Alonso es capaz de luchar por las primeras posiciones de la parrilla. Así de sencillo. Y el quinto de ayer era lo máximo, más allá de los milagros que a veces existen. Y el podio de hoy, una hazaña. Si se consigue...

Porque la victoria, a falta de otros sucesos (recordemos que aquí el coche de seguridad suele ser inevitable y ha salido más de una vez por carrera), tiene pinta de volver a ser para Lewis Hamilton. El británico dispone en estos momentos del mejor coche del campeonato y, a diferencia de lo que sucedió a principio de temporada, lo está aprovechando. En las últimas cinco carreras ha habido cinco poles de McLaren, cuatro de Hamilton, y llevan tres carreras seguidas ganando. Por contra, en la escudería italiana Felipe Massa volvió a quedarse fuera de la Q3, decimotercero, y sólo han conseguido meter a sus dos pilotos en la última fase de la calificación en cinco de los catorce grandes premios que llevamos esta temporada. Hablamos de datos.

Porque el resto es apelar a la épica, a las hazañas que acostumbra un piloto español del que se espera siempre algo increíble, como esa parada de Iker Casillas en los penaltis, sabes que siempre es posible, pero no es una obligación. O a la estrategia, dos o tres paradas. Vital.

Ferrari debe mejorar el coche, aquí traían una serie de evoluciones importantes que no han funcionado, Alonso llegaba con pensamientos de victorias y ahora se conforma con el podio. Y si tenemos en cuenta que el segundo piloto ofrece el verdadero nivel del monoplaza, entonces la situación se vuelve dramática.

Por arriba Hamilton no falla, es la gran amenaza para el tercer título de Alonso y además aquí hay otros rivales. Red Bull ha vuelto a un circuito de curvas lentas y está delante. Sebastian Vettel falló donde siempre aparece, en la Q3 hizo peor tiempo que en la Q2 mientras Hamilton volaba y se quedó sin pole. Incluso se metió segundo un gran Pastor Maldonado. El venezolano nos decía ayer en AS que aspira a un podio en las carreras que faltan, al menos lo consiguió en calificación.

El Williams es un gran coche, pero el domingo pierde posibilidades. Se espera la situación inversa con el Ferrari número cinco, se espera nueva remontada asturiana para frenar la que puede ser británica. La batalla Alonso-Hamilton está aquí, pero las espadas no son para nada iguales...