Las críticas de Vettel al 'safety' no gustan a la FIA

Sebastian Vettel pasó de la gloria al desastre en el pasado GP de Europa en el urbano de Valencia. El alemán de Red Bull dominaba plácidamente la carrera con una amplia ventaja cuando salió el safety car por los restos del accidente entre Kovalainen y Vergne. El francés de Toro Rosso quiso volver a boxes y dejó en el trazado restos del monoplaza. Vettel perdió su renta y posteriormente un problema técnico en su RB8 le obligó a abandonar.

El vigente campeón de F-1 acabó muy enfadado y declaró: "El 'safety' fue el inicio del fin. No parecía que hubiera un peligro inminente, además esos restos estaban sobre la pista antes". Acusación velada que equivale a lanzar la piedra y esconder la mano. Helmut Marko, asesor del equipo austriaco, puso las palabras que faltaban para hablar de conspiración: "Vettel iba muy por delante y luego el grupo se reagrupó, tal y como hacen en las carreras americanas".

Y todo esto no ha gustado en las altas instancias. Primero Hans-Joachim Stuck, presidente de la asociación alemana de deportes de motor, le mandó un recado de mesura para sus futuras declaraciones: "Vettel debe aprender a ser un buen perdedor y tener cuidado, ya que se le puede acusar de conducta antideportiva".

Ahora, el periódico alemán 'Kolner Express' desvela que todo este asunto no ha pasado inadvertido para la FIA y que el máximo organismo del automovilismo ha colocado a Vettel en "una especie de libertad condicional". Estos comentarios unidos a los insultos y la peineta dedicada al indio Narain Karthikeyan en la cita de Malaisia, por molestarle en pista, parece que han colmado la paciencia del presidente Todt. Un funcionario anónimo de la Federación Internacional confirma que empiezan a estar bastante hartos de Sebastian: "Muy a menudo Vettel habla justo después de las decepciones, no es un buen ejemplo".