Fórmula 1 | El campeón de 2009 flojea

Algo pasa con Button

El británico es octavo en el Mundial, con menos de la mitad de puntos que el año pasado a estas alturas. Inició la temporada ganando pero la renovación de su compañero Hamilton, ahora líder, ha cambiado todo.

Camiseta blanca del equipo, gorra con su firma impresa en rojo anaranjado, maleta en una mano y la bella Michibata en la otra agarrando fuerte a su campeón. Jenson Button sale del circuito de Canadá mirando al frente, sin las sonrisas de otra época. Está en su peor momento en McLaren. Unos metros más allá, Nicole salta y grita como si estuviera en uno de sus conciertos, con la mirada embobada de Lewis Hamilton enmarcando la escena. Camisetas naranjas fluorescentes. Las de las victorias.

El chico de Ron Dennis es líder y vive su segunda edad de oro en McLaren. Es feliz en el equipo, dice: "Todo es mejor este año, yo estoy mejor, el coche es mejor, el equipo funciona mejor...". Hamilton acaba de ganar en Montreal y es líder del campeonato. Este año termina su contrato con la escudería. Quiere renovar. Quieren renovarle.

Button ya lo hizo a finales de la pasada temporada. Y por varios años. El campeón de 2009 con BrawnGP sorprendió a todo el mundo en 2011 pasando por encima a su compañero de equipo, terminó segundo con 270 puntos por el quinto puesto de Lewis, que no pasó de los 227, las mismas tres victorias, pero doce podios de Button por seis de Hamilton. Este año comenzó con la misma tendencia. Jenson gana la primera carrera en la que partía segundo y Hamilton, que salía desde la pole, ocupa el tercer escalón del podio.

Aquel día en Melbourne fue Lewis el que salió por la puerta de atrás con su chica mientras Jenson festejaba con su modelo. Pero, como sucedió tras la carrera de Mónaco 2007, el entorno de Hamilton había comenzado la batalla. En Malaisia fue tercero y Button hizo una mala carrera hundido en la lluvia. Algo raro en él que siempre suele brillar con el cielo negro. En China los dos McLaren acompañaron en el podio a Nico Rosberg. Pero a partir de ahí comienza la debacle de Button.

En Bahrain tuvo que dejar la carrera por una avería aún sin concretar e incluso hubo quien la acusó de fingir ese abandono para poder estrenar caja de cambios en España. Estaba muy atrás. "No entiendo cómo va el coche, a veces va muy bien, pero en otras ocasiones no va rápido y sucede de un día para otro. No lo entiendo", se lamentaba Jenson. No le fueron las cosas mejor en España, terminó noveno, ni en Mónaco, donde se quedó por primera vez este año fuera de la Q3 y después tuvo que abandonar. En Canadá, donde logró el triunfo el pasado año, salió décimo y terminó décimosexto, un resultado que no tenía desde el GP de China de 2008 en sus años aciagos con el peor Honda.

Ahora Button es octavo con 45 puntos por los 101 que tenía el pasado año y los 88 de Hamilton en el actual Mundial. Hay quien piensa que en McLaren están favoreciendo a Hamilton. Existe otra explicación, digamos más razonable. Button este año, inexplicablemente, se está viendo perjudicado por los neumáticos Pirelli, aquéllos que la pasada temporada trataba como si fueran el peluche de la hija que no tiene. Ahora los destroza.

La razón es que la ausencia del difusor soplado hace que el coche se mueva más, y el estilo de conducción tan fino y elegante de Jenson no se ha adaptado todavía a esta circunstancia. Podría ser. Mientras espera que todo mejore, se defiende: "Un piloto no tiene sólo que pilotar, tiene que configurar el monoplaza con sus ingenieros y yo me fui del GP de Canadá confuso y perdido". Está claro que algo pasa con Jenson Button.

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