Schumacher resucita en los muros de Mónaco

Un patinete plateado corría junto a los yates del puerto de Mónaco con Michael Schumacher encima empujándose con el pie derecho mientras mantenía el equilibrio de llevar todas la miradas puestas en él. Sorprendía ver al alemán en semejante aparato. Es cómodo, dice.

Sorpresa. La palabra más repetida ayer, en especial por los que no guardan debido respeto a la leyenda de un piloto que ha ganado siete títulos, 91 carreras y ha logrado 68 poles. Aunque debería tener una más. Porque casi seis años después de la última del GP de Francia 06 con Ferrari volvió a ser el más veloz en una calificación. Pero no, la sanción de cinco puestos le deja sin ese pastel en una estadística enciclopédica. El choque que tuvo El Kaiser con Bruno Senna en Barcelona hace que la pole pase a Webber, segundo ayer, la décima del australiano, la número 40 para Red Bull.

Sorpresa la de Mercedes. El coche de Ross Brawn dominó en las largas rectas de China y no parece hecho para regatear curvas en Mónaco, pero... Rosberg fue el mejor en la Q1, Massa (otra sorpresa) apareció en la Q2 y Schumi sonrió como un niño en la tanda decisiva. Eso sí, de momento, la última pole de Michael seguirá siendo con Ferrari, ese equipo que ayer estuvo mejor, pero menos. Y es que se esperaba que Alonso luchara por la pole. En la última sesión no pudo hacer su segunda vuelta por el tráfico y eso quizá le habría supuesto una plaza mejor. Saldrá quinto. Se espera una primera curva de esas en las que los genios demuestran su talento y los hombres su valor.

Por detrás, De la Rosa convirtió Mónaco en una autopista para su HRT, mejor que el Marussia de Pic y a una décima del de Glock. Sorpresa. Hoy se espera la carrera más bonita del año. Atentos a Lotus, cuidado con los Mercedes. ¿Estará Alonso? ¿Sería una sorpresa?