Abu Dhabi devuelve el glamour a la Fórmula 1

Apenas se distingue en un pliegue, en la etiqueta minúscula se lee el nombre de un diseñador italiano, el vestido cae como un telón de seda en el teatro sobre el cuerpo de esa modelo rubia con la que el piloto se hace una foto. ¡Y la ha pedido él! Cosas de Abu Dhabi. En este universo de mentira que rodea las carreras, la F-1 ha recuperado todo su pretendido glamour en este emirato. El circuito de Yas Island es todo lo que el resto de los nuevos quisieran ser: el mar junto a la pista, un hotel de colores en medio del trazado... y reyes, emires, jeques, cantantes, futbolistas...

El Rey Juan Carlos saludó ayer también a los representantes del equipo HRT y se le vio con un carrito de golf por la parrilla por su lesión en el tendón de Aquiles. El monarca vino a ver la F-1, pero también para intentar revitalizar inversiones de empresas españolas en los emiratos y a la inversa. Su Majestad fue amable con todos y mostró que no es una leyenda ese famoso adjetivo de campechano que siempre se le ha atribuido. Roberto Mancini, entrenador del Manchester City, también se dejó caer por el box de Ferrari. Y Paul McCartney por el de McLaren, junto a Ron Dennis.

Son algunos ejemplos de los que no estuvieron en el GP de India o el GP de Corea. Por ejemplo. Esto es otra historia y al salir los hoteles tienen un Rolls Royce, un Lamborghini o un Ferrari en la puerta. Y en la carretera, una belleza saluda con la mano desde un Audi R8. Blanco...