Fórmula 1 | GP de India
La Fórmula 1 como instrumento de cambio
Los responsables del GP de India replican a los más críticos con el proyecto asegurando que servirá para llevar prosperidad y crecimiento
Centro de Delhi, cientos de monos miran con ojos amenazantes mientras Ajitabh reparte monedas a una fila de indigentes antes de entrar al templo de Bangla Sahib. No le importan, realmente sólo pretende que los dioses están contentos con él antes de entrar en su lugar de oración. Son los alrededores de Connaught Place, una plaza con restaurantes, mercados y oficinas, en la ciudad nueva, muy cerca del Instituto Cervantes de Nueva Delhi. Unos metros más allá hay un inmenso basurero en el que conviven ratas, monos, serpientes y personas. Es una parte de la realidad india.
En dirección norte, los pequeños carromatos que pueblan este lugar, se encuentra Old Delhi. En la ciudad vieja hay otro tipo de extraños transportes como bicicletas con enormes cargas, elefantes, vacas que paran el tráfico o cabras que son guiadas entre coches, pequeñas motos y tuk tuk como quien pasea a sus perros. Allí hay personas tiradas en la calle, algunos descansan su pobreza, otros simplemente duermen. Y los niños regalan sonrisas por unas pocas rupias...
A sólo cincuenta kilómetros emerge uno de los mejores circuitos de Fórmula 1 actual, con un coste de unos 290 millones de euros. El sueldo medio de un maestro de escuela en India es de unos 180 al mes. Y la mayor parte de la gente vive con unas cien rupias al día, algo mas de un euro. "Necesito unas cinco mil rupias al mes para comer y es eso lo que gano, si alguno de mis hijos se pone enfermo, pues comemos menos", explica Ramsavak, vigilante de un edificio abandonado. Y esto es la capital, en otros lugares, en zonas rurales, la gente se muere en las aceras...
Entonces, ¿qué hace la F-1 en este país? "En el tiempo que ha durado la construcción del circuito, hemos dado trabajo a más de diez mil personas y nuestra plantilla permanente será de más de mil doscientas. Lo que pretendemos en este país es crear una nueva clase media que cambie las cosas", explica Vicky Chandhok, presidente de la Federación India de Automovilismo. El deporte como forma de cambiar las cosas. Es una idea que se ha aplicado a la política, como Nelson Mandela en Sudáfrica, y que en otros países sirve para invertir las cosas en la economía. Y los países emergentes lo saben. La economía india creció el pasado año un 8,3% en plena recesión mundial. Y la imagen exterior que la F-1 puede proyectar resulta clave. Alrededor de este circuito ya se está construyendo Jaypee Sports City, una ciudad de un millón de habitantes, incluso con una universidad, templos y un inmenso parque. Las cosas están cambiando, lentamente. No es sólo cuestión de dinero, sino de cultura, de ese halo de incógnita que lo envuelve todo en este país.