Fórmula 1 | La intrahistoria

Su debut fue un 'best-seller' de novela negra

Agosto de 1991. Bertrand Gachot, piloto de Jordan, estaba de vacaciones en Londres y chocó con un taxista. Le agredió con un gas paralizante y acabó en prisión. No iría a Spa. Willi Weber, representante de Schumacher, se enteró y tras varias llamadas, y un gasto de 500 euros, convenció a Eddie Jordan para hacerle una prueba tras asegurarle: "Ha corrido cien veces en Spa". El test fue en Silverstone, sin piezas de repuesto y con el coche de la carrera. A las tres vueltas batió el récord del circuito.

Al día siguiente, Schumi llegó a Spa, en un Mercedes 230 Coupé, y reconoció a Jordan que ni conocía la pista. El jefe obligó al otro piloto, De Cesaris, a enseñársela, pero el italiano le daba largas. Michael sacó su bici plegable y dio dos vueltas, mientras su mánager recibía un ultimátum. O firmaban por ese año y tres más o no correría, pero una maniobra de despiste de Weber retrasó la rúbrica del contrato hasta después de la carrera... Michael calificó 7º y cenó en una pizzería sin que nadie reparara en su presencia. No le conocían. En carrera, su embrague se rompió a los 25 segundos. Horas después firmaba con Benetton. Briatore vio su talento y se lo quitó a Jordan. "Bienvenido al club de las pirañas", le espetó Ron Dennis a Eddie al enterarse. Hoy se cumplen veinte años.

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