Fórmula 1 | GP de HUngría

Button, Vettel y Alonso brillan bajo la lluvia

El británico venció en su gran premio número 200, el alemán es más líder del Mundial y el español logró un podio ganado a pulso en una carrera caótica en la que la utilización de los neumáticos fue protagonista

afp

Gestos cómplices con el amor de su vida, ojos que se juntan tras jugarse la vida, pasarela de ángeles en la tierra. Button vencedor y ella, Jessica, la que pasea por el paddock como en Nueva York, sonríe, y ríen igual que si hubieran accionado un interruptor de felicidad en su interior. Button, primero. Otra vez. La pista está húmeda.

Hace unos días Iñaki Gabilondo contaba que en los buenos tiempos de aquel Real Madrid de Di Stéfano el equipo de la delantera mágica con Puskas, Rial, Gento... siempre ganaba a su Real Sociedad. Que esa máxima veraz y absoluta se hacía más real cuando las condiciones eran malas, cuando llovía, cuando había que meter el pie, cuando se trataba de correr y no sólo de jugar al fútbol. Es en esos momentos cuando se descubre a los más inteligentes. En la F-1 actual también parece haber una máxima, si hay lluvia gana Button. Sucedió en Australia y China el pasado año, por ejemplo. Y ha pasado en Canadá y Hungría esta temporada. El novio de la modelo se puso el traje de bailarín de claqué y se deslizó por el asfalto húngaro en un regreso al pasado de su primera victoria en la F-1, fue aquí en Hungaroring 2006 con un BAR-Honda. Ayer logró la segunda de la temporada, la cuarta para un McLaren, la undécima de su carrera deportiva, la que le vuelve a reivindicar como un excelente piloto, probablemente el mejor cuando el cielo truena.

Por detrás de Jenson terminó Sebastian Vettel. El alemán se dejó los nervios en la calificación con su octava pole del curso y a partir de ahí empezó la carrera con la tranquilidad del campeón prematuro. Hamilton pudo pronto con él, pero cuando las cosas comenzaron a enloquecer se encontró con un segundo puesto que le ofrece tanta calma como una sesión de yoga en la playa. Ahí es donde irá ahora el alemán, a descansar de tanto éxito...

Y tercero, sexto podio de la temporada, cuarto consecutivo, el mejor en las últimas cuatro carreras, 76 puntos por 73 de Vettel y 61 de Hamilton, el que lleva al límite un coche rojo, Fernando Alonso. Sí, pero no, de cualquier manera. En estos tiempos el asturiano podría llevar más triunfos, estar más cerca, pero el calor ha huido de una F-1 capaz de llevar la lluvia a Chinguetti, ese lugar del Sáhara... Fernando fue capaz de danzar en el agua con gomas lisas y adelantar a Hamilton, devolverle el colmillo malicioso de Nurburgring, batallas de los mejores. El inglés estuvo grande, pleno de fuegos artificiales, espectáculo puro, pero cuarto al final. Mientras, el treintañero de la gorra loca sigue ahí, como un martillo que no se cansa nunca de estar delante. Ahora llega el sol de verdad, el descanso merecido de los guerreros, la calma tras el caos. Y al volver, Spa... qué pronto pasarán las vacaciones...

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