Fórmula 1 | GP de Alemania

'Save the ring' lucha por salvar el infierno

La deuda económica y la presión de los ecologistas, que quieren prohibir las carreras en la pista antigua, han motivado un movimiento en defensa del mítico Nurburgring

Tiene 67 años y cuando cumplió doce su padre le trajo por primera vez al circuito de Nurburgring. Se llama Konrad y su nombre se debe al primer canciller de la República Federal Alemana tras la división surgida en el país por la guerra fría. Pero esa no es la razón, ni siquiera que Adenauer fuera uno de los cuatro impulsores de lo que hoy conocemos como Unión Europea. Nada de eso. El 17 de abril de 1925, 60 obreros comenzaron las obras de los 18,265 kilómetros que configuraban el circuito de Nurburgring, el trazado viejo, la pista de leyenda que se llama Nordschleife, el Infierno verde. El trazado era parte del plan de un terrateniente local, Hans Weidenburck, y del que, por entonces, era alcalde de la cercana Colonia: Adenauer.

Esa es la razón del nombre de Konrad, un auténtico amante del trazado viejo y uno de los mayores defensores de Nordschleife, alguien que apoya sin dudas y con todas sus fuerzas el movimiento Save the ring. "Querían hacer una especie de Disneyland y no sirve para nada, si de verdad quieren atraer visitantes y turistas a esta zona de Alemania no tienen otra cosa que hacer que recordar a todo el mundo lo que ha pasado en este lugar", explica con la voz rota.

Se refiere a los momentos de leyenda que han sucedido en las 174 curvas con unas diferencias de desnivel de hasta 300 metros donde ahora se disputan las 24 Horas de Nurburgring que, este año ha ganado en su categoría el campeón español Carlos Sainz con un Volkswagen Scirocco. El trazado es increíble y sólo al verlo las emociones erizan el alma y la piel, asfalto entre miles de árboles, en pleno bosque. Realmente increíble.

Y este monumento al automovilismo no quieren perderlo en Save the ring. Su esperanza reside en un español: Joaquín Almunia. Desde la organización se pide que se envíen cartas al comisario de Competencia de la Unión Europea para que intervengan. La situación es la siguiente. En 2007 los promotores del circuito construyeron un parque comercial junto al nuevo trazado, con montaña rusa incluida. Pretendían aumentar exponencialmente el número de visitantes, pero la realidad es otra y según afirman en Save the ring la deuda, de más de 350 millones de euros, puede acabar con la pista antigua.

Los organizadores niegan tal cosa, pero lo cierto es que a la presión monetaria también se une la de la los ecologistas, con gran poder en Alemania, que pretenden prohibir las carreras en la pista antigua... Todo está en contra del viejo infierno de las montañas de Eifel, pero son muchos los que como Konrad están dispuestos a luchar por su leyenda, el lugar en el que Niki Lauda bajó de siete minutos un día antes de su accidente, pero eso será otra historia.

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