Alonso contra las dos décimas del frío alemán

Rodeados de montañas verdes, la sensación de frío se agrava y los apenas diez grados que se soportan en el circuito de Nurburgring parecen la mitad. Los recuerdos de sol español y las camisetas en la playa se alejan entre cazadoras, paraguas y catarros que nos regalan un pedazo del otoño a finales de julio. En una F-1 tan al detalle en la que cada décima es causa de una razón el frío beneficia a Red Bull y perjudica a Ferrari. La situación es de igualdad máxima, atrás quedaron los malos tiempos en los que Vettel bailaba con su coche azul con Alonso a un segundo y medio, ahora el español está más cerca. Sólo falta el casi. Si en Silverstone Fernando se quedó a una décima del alemán en la calificación, aquí la diferencia puede ser algo mayor, previsiblemente de tres. Y las dos que se añaden las pone el frío.

El monoplaza italiano aún dispone de menos agarre que el que fabrican en Milton Keynes y el calor le pega al asfalto, pero con frío los neumáticos aún tardan más en calentarse y ése es el principal problema del Ferrari. La pole no es imposible, pero sí muy complicada. Para conseguirlo, Alonso deberá echar mano de una de esas vueltas mágicas que acuden, de tanto en tanto, a sus manos. Ayer fue el más veloz en los primeros libres y el segundo en los de la tarde a poco más de una décima de un Webber que fue el piloto que demostró más ritmo. Hoy puede llover y el agua cambiar cualquier augurio. Hamilton y su McLaren esperan, agazapados entre un rincón junto al infierno verde...