Fórmula 1 | GP de Alemania

Alonso ante la revancha de Vettel en su territorio

El asturiano llega a Nurburgring con la intención de continuar la racha esperanzadora que inició en Silverstone, en la carrera de casa del líder del Mundial y con previsiones de lluvia para el fin de semana

Los pinos que envuelven el circuito se movían de un lado a otro sacudidos por la tormenta, el asfalto recibía un martilleo de gotas que al caer se convertían en burbujas de las que anticipan más lluvia. Doce del mediodía, Nurburgring. Fernando Alonso entra corriendo en la casa móvil de Ferrari protegido por su famosa gorra de plato heredada de la suerte de Kimi Raikkonen, el último campeón en rojo, saluda y sigue su camino. Está tranquilo, con confianza. Al campeón le preocupaba más el rendimiento de su colega Alberto Contador en las montañas francesas de los Alpes, que lo que ayer pudiera suceder en el trazado de los bosques de Eifel. Mientras, su rival sin rivales, Sebastian Vettel ocupaba el centro de la rueda de prensa de los alemanes, a su izquierda la promesa que sigue siéndolo Nico Rosberg, con su pose de príncipe de las galletas, a su derecha, Michael Schumacher, el campeón al que persigue en sueños de estadística. "Me hablan de presión, pero nada hay más bonito que esto, llegar a la carrera de casa con posibilidades de ganar. Ese tipo de presión es más positiva que cualquier otra cosa, el fin de semana pasado se hablaba más de reglas que de lo demás. Estoy deseando empezar", decía el líder destacado de un campeonato que lleva su nombre.

Las reglas permanecen en el olvido tras la caótica gestión de la FIA en el pasado gran premio y, aunque allí Vettel secundó a Alonso en la escasa importancia de la limitación que se produjo en Silverstone, lo cierto es que en Red Bull esperan que el regreso al uso sin limitación alguna de los difusores soplados les devuelva la grandeza momentáneamente perdida en el circuito británico a manos de un español que volaba entre las curvas enlazadas.

Vettel quiere revancha y Red Bull afina su bólido de época para devolver las cosas a su sitio. Y tiene al público para él, entre las curva seis y siete se encuentra la Tribuna Sebastian Vettel y allí rugirá el circuito como en una suerte de marea azul trasladada a Alemania. Allí la nueva estrella tendrá un par de décimas más para unir a su talento.

Pese a todo, al vigente campeón aún le quedan unas cuantas clases del carisma de El Kaiser, el auténtico, ese Michael Schumacher que esperaba más, pero que sigue yendo por la vida como si el suelo que pisa fuera suyo. Al menos en Nurburgring, una parte del trazado lleva su nombre. Son las Eses de Schumacher, las curvas ocho y nueve. Michael espera un paso adelante de Mercedes para salir de entre las nubes y suspira por un podio lejano.

Alonso ya apunta más arriba, a la posibilidad de repetir victoria, a continuar la racha en casa del muchacho al que observa aún desde muy lejos como a lo inalcanzable en la tabla clasificatoria. Carrera a carrera, disfrutar los domingos... ése es el mensaje para lo que resta de campeonato. Schumacher, Alonso y Vettel, los únicos tres pilotos en activo que han acabado más carreras en la primera plaza que en ninguna otra posición, lucharán por brillar en Nurburgring. Un asturiano entre alemanes, junto al infierno verde.

Lo más visto

Más noticias