NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Rally | Acrópolis

La victoria de Ogier enfrenta a Loeb con Citroën

El heptacampeón cree que favorecieron a su compañero de filas en la lucha por el triunfo

<b>VENCEDOR. </b>Ogier en el podio de Grecia.

La lucha por el triunfo en el Rally Acrópolis se decidió el sábado. La especial nocturna que cerraba la segunda etapa, Nea Politia, marcaría el orden de salida para la jornada definitiva. Sebastien Loeb llegaba desconcertado al final de la misma. No le habían mandado tiempos intermedios desde su equipo y no sabía cómo había acabado. Poco después llegaba Ogier que, curiosamente, se quedaba a sólo dos segundos del heptacampeón en la general.

En lugar de reconocer que había utilizado la estrategia para no abrir pista, Ogier explicó que había "conducido con precaución porque había mucho polvo en suspensión". Loeb pedía explicaciones en Citroën, y le decían que no le habían mandado tiempos por seguridad, para evitar accidentes innecesarios en esa lucha de equipo. Pero el piloto más laureado de la historia no podía comprender cómo a su compañero sí se los enviaron.

Y esa actuación fue determinante en el desenlace de la competición. Abriendo pista Loeb, Ogier le superó sin problemas e incluso se permitió el lujo de ganar el último tramo televisado, en el que empataron los dos franceses, aunque las milésimas le dieron la victoria al joven aspirante que se embolsaba los tres puntos extra. Es, por tanto, comprensible la desesperación y el enfado que Loeb tenía al acabar el rally. Sospecha que en su equipo favorecen a Ogier, una situación que puede acabar en un serio conflicto interno.

El podio de Mikko Hirvonen no servía de consuelo en el equipo Ford, que esperaba mucho más en un rally que habían ganado en siete de las diez últimas ediciones. Y es que, de siete rallys, seis han sido para Citroën, tres Loeb y tres Ogier, y sólo uno para ellos, que se descuelgan en el campeonato de marcas. Los del óvalo esperan que al menos en la próxima cita, la Finlandia natal de sus pilotos, puedan cantar el alirón. Albert Llovera se reenganchaba y conseguía acabar noveno en Súper 2000, categoría que ganó Juho Hanninen.