Fórmula 1 | Actualidad

El espía Coughlan vuelve arrepentido

"Pido perdón", dice el ingeniero expulsado en 2007 por espionaje y que ya trabaja en Williams.

Lo que urgía era que Mike Coughlan se disculpara. Pues lo ha hecho: "Quiero aprovechar la oportunidad para pedir perdón a quienes se vieron afectados por mi conducta y en particular a la gente de McLaren y de Ferrari, y a los aficionados de ambos equipos". A partir de ahora, puede respirar tranquilo (o casi) en su nuevo despacho de ingeniero jefe y director técnico de Williams, donde suple a Sam Michael.

A Coughlan podríamos llamarle el ingeniero de las fotocopias, aquél que en 2007 fue descubierto con un informe confidencial de Ferrari (780 páginas que cometió la torpeza de fotocopiar en una tienda de Woking), lo que supuso una multa de 70 millones y la descalificación del Mundial de constructores. Coughlan fue expulsado dos años de la F-1.

Al parecer, aterriza en Williams con la lección bien aprendida: "Me cambió la vida porque me hizo reflexionar. Dejar un equipo y un deporte que amo, ver las consecuencias de mis acciones en el equipo y los aficionados fue devastador. Todo lo que puedo hacer es trabajar duro e intentar ganarme mi puesto en la F-1. Estoy determinado a hacerlo con Williams". Y en Williams, toda ayuda es poca. La escudería luce en su palmarés siete Mundiales de pilotos y nueve de constructores, todos ellos entre 1980 y 1997. Este año sólo suma cuatro puntos gracias a Barrichello (dos en Montecarlo y dos en Montreal). Su compañero, Pastor Maldonado, aún no se ha estrenado. Para Coughlan, el lunes sólo fue su primer día de trabajo en Grove, Oxfordshire. Su nueva casa.

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