FÓRMULA 1 | La intrahistoria

"Dos chicas delante de mí, 'trabajando'... uff, me fui de allí"

Vettel y sus 'cosas' en Montreal

Sin peinar, pantalones vaqueros, sudadera con capucha de Red Bull y su Ipod en la mano, Sebastian Vettel intenta dormir en el vuelo hacia Canadá. El campeón del mundo, el líder, el dominador de la temporada llega a un lugar especial, al sitio donde el destino le regaló su primera oportunidad en Fórmula 1. Allí Robert Kubica sufrió un espectacular accidente en 2007 y el alemán se tuvo que subir al BMW del polaco en Estados Unidos.

Ese mismo año, con 19 recién cumplidos, Sebastian se dejó llevar a un club nocturno de Canadá. Así lo cuenta en una entrevista en el diario alemán 'Blick': "Un mecánico de Sauber me arrastró a uno de esos famosos 'sex clubs' en Montreal. Cuando dos chicas se pusieron a hacer cosas la una con la otra justo delante de mis ojos... uff fue demasiado para mí, me tuve que ir de allí". Imaginen a ese Vettel aún más niño que ahora viendo a las dos stripper, poniéndose rojo y huyendo de allí entre la risas de los mecánicos que no podían imaginar que estaban ante la gran estrella de la F-1 actual.

No es la única cosa curiosa que le ha ocurrido a Vettel en el GP de Canadá. El pasado año le robaron una de sus tarjetas de crédito. "Para cuando pude darme cuenta, hice que la cancelaran, pero ya habían pagado una cena de 600 dólares y un buen vino a mi costa".

Hay más. A Vettel le pasa de todo en esta carrera norteamericana. En este viaje había huelga en el catering de la compañía aérea y los pasajeros de primera tuvieron que comer el mismo rancho que en económica. Todos menos uno. "No me gusta la comida de los aviones", explicó. Ese Vettel con un tupperware comiendo unos bocadillos que se había hecho en su casa, él mismo. O su madre. Como un chaval de camino a la excursión del cole...

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