Fórmula 1 | La intrahistoria

Monisha, la jefa de Sauber en una F-1 de hombres

m. franco

Tiene una sonrisa sincera, pero que cuesta abrirse, como si no se fiara del que está enfrente hasta que no se lo merezca, como todas las buenas jefas, como mujer que vive en un universo de hombres. Monisha Kaltenborn, tez morena, pelo recogido en una coleta, mirada inquieta, observa al mundo desde la rueda de prensa de la FIA en Malaisia, con Christian Horner, el hombre que ha llevado a Red Bull a ser el mejor equipo, a su derecha, con Ross Brawn, el ingeniero atómico que le dio cinco títulos a Ferrari con Schumacher y uno a Brawn GP para Button, justo por encima... rodeada de lo mejor de la F-1. Ella es la directora de Sauber. La que manda, la que se ocupa del día a día, aunque después Peter Sauber tenga la última palabra con su puro y su pinta de recién salido de dar clase a los 'X Men'.

Monisha, de 38 años, es la jefa del equipo desde el pasado año cuando dejó de ocuparse de los asuntos jurídicos para pasar a las trincheras. Y lo hizo con ilusión, con ganas, desde la sinceridad más absoluta, aunque con el peso de Peter bajo su cabeza. Ella, amante del tenis y la ópera, casada y con dos hijos, nació en la India, pero es austriaca, estudió Derecho en Viena y pronto comenzó a trabajar en el Grupo Fritz Kaiser que era dueño, en 1998 de parte del, entonces, Red Bull Sauber F1 Team.

Su empresa vendió las acciones, pero ella siguió dirigiendo el departamento jurídico de la escudería, tratando con patrocinadores, pilotos, incluso con Ecclestone, aprendió de F-1 y del comportamiento humano, hasta que en 2010, Sauber decidió que nadie mejor que ella para dirigir cuando él no está, que es casi siempre. De ella cuentan que es sincera y directa, que sabe cómo hacer las cosas y que puede lograr que Sauber vuelva a ser un gran equipo. De momento, pasea su sonrisa ante Sergio Pérez. El mexicano se lo está ganando...

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