Fórmula 1 | Actualidad

Dormir en la pequeña fábrica de la Scuderia

El Maranello Village es un hotel en el que, en ocasiones, pernocta Alonso y donde se puede encontrar desde un monoplaza de Schumacher en la recepción a un motor en el restaurante. Ambiente Ferrari en cada rincón...

manuel franco

No llega a ser lluvia horizontal, pero se le parece. Las gotas caen directamente en la cara y la niebla es tan densa que acompaña como un envoltorio perfecto a los dos grados bajo cero que decoran el ambiente en Maranello. Casi no se ve a los pocos metros, pero desde la penúltima rotonda en el camino desde Bolonia, se distingue la fábrica de Ferrari. ¿O no? Parece más pequeña, como una maqueta hecha realidad a las afueras de la ciudad del Cavallino. Es el Maranello Village, un hotel de cuatro estrellas... muy especial. Hay cuatro bloques de habitaciones, una recepción y un restaurante. Hasta ahí todo normal, pero las cosas cambian cuando en la entrada te recibe un Ferrari F310B y al lado, el casco firmado que Michael Schumacher llevó ese año. Y frente al mostrador, una enorme fotografía en la que Alonso y Massa se abrazan después de la primera victoria del español con el equipo italiano y...

Los cuatro bloques de edificios también tienen algo especial. El primero se llama Suzuka, el segundo Le Mans, el tercero Daytona y el cuarto Monza, y cada uno de ellos tiene algo que ver con momentos históricos de Ferrari. Todo es motor y leyenda en esta fabrica donde se duerme; en los pasillos hay cuadros de la vuelta al mundo en Ferrari, pero parece que, en cualquier momento, van a aparecer un grupo de mecánicos de camino al rancho o unos cuantos ingenieros discutiendo cuál es la mejor solución para el alerón trasero móvil. Lo que sí se puede ver, a veces, es a los pilotos. Aquí se ha quedado Alonso varias veces en sus visitas a Maranello. Es la nueva esperanza...

En las habitaciones sigue el ambiente a Fórmula 1. En la 205, dos cuadros reinan en la estancia: en el primero se hace alusión a la victoria de Gilles Villeneuve en Canadá 1978 y en el segundo, al campeonato que ganó Jody Scheckter en 1979. El restaurante se llama Paddock y es uno de los mejores de Maranello, en clara competencia con el Montana, donde brillan los cascos y monos de algunos de los mejores pilotos de la historia, la cafetería recibe el nombre de Stop and Go y hay una pizzería: Pit Lane...

Salgo de la habitación de camino a la presentación del F150. En la pared, cilindros, más allá un trozo de alerón... Dejó atras este espejismo, este lugar de piel erizada donde sólo se descansa, los sueños se fabrican un poco más allá, en el lugar donde una placa espera en un garaje con el nombre de un español que a veces duerme en la pequeña fábrica de la Scuderia. Espíritu rosso... Maranello.

Lo más visto

Más noticias