Alonso sale último tras estrellarse en los libres

Mónaco no perdona. La búsqueda de los límites es cruel con todos, no entiende de campeones o de ganadores en el Principado. Fernando Alonso se equivocó ayer cuando intentaba bajar su tiempo en los compases iniciales de la última sesión de entrenamientos libres. Según sus propias palabras, intentó ir más allá de como se podía ir en ese momento, y se salió en la curva de Massenet. Un viraje a izquierdas en cuarta velocidad que se toma a 158 km/h. El asturiano blocó la rueda delantera exterior a la entrada de la curva y perdió la dirección. Se estrelló en el mismo lugar donde se salió hace dos años en una dantesca carrera bajo la lluvia. Era su sexta vuelta del día.

No fue un golpe fuerte, más bien se trató de un restregón a 90 km/h, pero le costó muy caro. Se quedó sin luchar por la pole y también por la victoria. Los mecánicos se llevaron las manos a la cabeza nada más ver las imágenes. Y Marc Gené, desde el box, nos explicaba la situación: "Esperemos que no esté tocado el cambio, porque entonces tendría que penalizar cinco puestos. Y luego está la confianza, para la calificación necesita dar más vueltas de lo normal en la Q1".

Alonso llegó minutos después a su garaje con el semblante serio, preocupado. Es su primer error en los libres de Mónaco en nueve temporadas. Y se produce justo el día que tenía un coche para intentar batir a los Red Bull. Massa, que se quedó como estandarte rojo en la calificación, terminó cuarto a cuatro décimas de un soberbio Mark Webber, el único piloto que bajó de 1:14.

Alonso creía nada más bajarse del coche que la reparación era posible: "Se me fue el coche y me choqué, esperemos que puedan arreglarlo para la calificación". Media hora después de finalizar los libres saltó la noticia: el coche tenía el chasis dañado por el brazo delantero derecho de la suspensión y la estrella de Ferrari no podía participar en la calificación. La noticia cayó como una bendición en Red Bull y en McLaren y deparó caras de funeral en la escudería de Maranello y en el bicampeón, que la vio desde los boxes con la mirada perdida, repasando una y otra vez ese instante a las 11:25 de la mañana. Estuvo junto a sus mecánicos mientras comenzaban la reconstrucción sobre el chasis reserva (desde 2007 no se permiten los muletos).

La calificación nos permitió disfrutar del soberbio pilotaje de rallys de Robert Kubica, magistral en el control de la deriva de las cuatro ruedas de su R30. El polaco estuvo arriba en todo momento, pero las ruedas se le vinieron abajo en su último intento.

Pedro de la Rosa brilló con un Sauber que por la mañana parecía abocado a no pasar de la Q1. Sale 15º después de dominar a su compañero de equipo y a un Toro Rosso, el de Alguersuari. A Jaime le traicionaron el tráfico y la lógica falta de experiencia. Sale 17º y con ganas de darle guerra a un Ferrari rojo que saldrá hoy lanzado a por la remontada.