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MOTOCICLISMO | HOMENAJE

Homenaje a Santiago Herrero camino de los 40 años de su muerte

En la Lube Plaza de Lutxana-Barakaldo, en Vizcaya, habrá mañana una concentración motera en la que se espera estén César Gracia y Manuel Esteban, dos de los clásicos pilotos que formaron junto a Santiago Herrero en el mítico equipo de la marca vizcaína Lube.

Camino de cumplirse 40 años del accidente y muerte de uno de los pilotos más grandes del motociclismo español de todos los tiempos, Santiago Herrero será recordado y homenajeado mañana, sábado, por el Moto Club Lube y los apasionados del motociclismo.

Ángel Nieto, al que Herrero ayudó en sus comienzos mundialistas corriendo con Derbi en la categoría de 50 cc, siempre alabó la condición humana y deportiva de Santi, pero por hallarse en el extranjero no podrá sumarse a esta jornada de recuerdo al ''ídolo caído''.

Tras un breve acto con participación de familiares y amigos del piloto desaparecido, las columnas de motociclistas se dirigirán al cementerio donde reposan los restos de Herrero desde mediados de 1970 para colocar una placa de honor en su tumba.

"Si me pasa algo, a mí que me entierren en Bilbao", le dijo Santiago Herrero a su hermano Arturo en una conversación íntima. Llegó a Bilbao en 1963. Al chico de Vallecas le encantó la entonces grisácea por industrial villa bilbaína y al periodista Ernesto Díaz le confesó: "Yo soy de Madrid pero me gustaría ser de Bilbao".

Producida su muerte en la capital de la isla de Man, Douglas, el 8 de junio, es decir, dos días después del gravísimo accidente, y repatriado su cadáver, la entonces alcaldesa de Bilbao, Pilar Careaga, hizo personalmente las tramitaciones para que se cumpliera el deseo del corredor de ser enterrado en el cementerio de Derio.

Su nombre y apellido, ilustre en el deporte de las dos ruedas de la década de los 60, no dicen nada a la mayoría. Sin embargo, para los fans de la moto y para los estudiosos del pasado motociclista, ''the Spanish superstar'' o ''the hero'', como le bautizaron en el Reino Unido, Santiago Herrero ya es un corredor de leyenda.

Con 12 años enredaba en el taller de motos que Gabriel Corsín -piloto de MV Avelló, entre otras marcas- regentaba en Vallecas. Él fue el primero en orientar y aplacar la sed de carreras del chaval. Años después, en una de sus habituales visitas a Madrid, Luis Bejarano, patrón de la marca Lube, le vio correr y le preguntó si de verdad quería ser corredor.

Santiago Herrero, que entró en el Departamento de Carreras de Lube, llegó a ser campeón de España absoluto de 250 cc desde 1967 a 1969. En sus primeros años con la marca baracaldesa viajaba, por ejemplo, a Miranda de Ebro (Burgos) en un viejo Seat 1500. No era una fórmula muy lujosa de desplazarse, pero sí más notable que hacerlo en un motocarro como José Angel Mendívil, quien luego fue campeón de España en motocross.

Herrero destacó, pero Lube no progresó pese a los ajustes del ingeniero alemán Hermann Meier. Paco Bultó, el gran patriarca de Bultaco, le contrató un tiempo, luego Eduardo Giró le fichó para Ossa pero el piloto siguió residiendo en Bilbao.

Con una Ossa 250 monocilíndrica de válvula rotativa disputó 17 grandes premios del llamado Continental Circus, cuando el mundial de motociclismo era muy europeo. Logró la victoria en 4 GP''s y totalizó 11 podios. Su última gran victoria fue en el Gran Premio de Yugoslavia en la primavera de 1970. No se registró otro triunfo español en el mundial hasta 14 años después, el de Sito Pons en 1984.

En 1969 fue líder del campeonato del mundo hasta que su moto patinó y cayó en el lluvioso día vivido en el circuito de Opatija. El australiano Kel Carruthers se hizo campeón y Herrero acabó tercero (en 1968 había terminado séptimo).

Al año siguiente, avería en Alemania, segundo en Francia, vencedor en Yugoslavia y accidentado en el famoso Tourist Trophy de Man cuando iba tercero. Sufrió la caída en la milla 13 en Westwood Corner. Después de dos días negros peleando por la vida en el Nobles Hospital de Douglas, hacia las 14,00 horas falleció, con 28 años.

Días después, en el aeropuerto de Sondika, Juan Antonio Samaranch puso sobre el féretro la medalla al Mérito Deportivo, y Santi Herrero sigue en la memoria de los nostálgicos del deporte.