Fórmula 1 | Ukyo Katayama
La búsqueda del límite es su vida
Estuvo seis años en F-1 y disputó varias ediciones de las 24 Horas de Le Mans y del Dakar. Ganó al cáncer, pero el alpinismo casi acaba con su vida.
"Calmar la sed de aventuras y vivir todas las sensaciones extremas posibles". Esta frase es del japonés Ukyo Katayama, nacido en Tokio hace 46 años, y que hace tres días volvió a nacer. Fue rescatado por un helicóptero tras intentar escalar sin éxito el Monte Fuji (3.776 metros). El alpinismo cubría la necesidad de peligro que este nipón necesitaba tras sus experiencias en el automovilismo. Él salió ileso, pero por desgracia sus dos acompañantes no corrieron la misma suerte y fallecieron.
Tras ganar en 1991 la Fórmula 3000 japonesa saltó a la F-1 la temporada siguiente. Allí permaneció seis temporadas donde disputó 95 grandes premios con Larrousse, Tyrrell y Minardi. Su estilo agresivo de conducción, por el que le apodaban Kamikaze, y su gran sentido del humor siempre le identificaron. Sólo logró cinco puntos y su mejor clasificación fueron dos quintos puestos en 1994. Precisamente la temporada que le comunicaron que padecía cáncer, pero que tardó tres años en anunciar ya que no quería que nadie pensara que era una excusa por sus malos resultados.
Lo superó gracias a su fortaleza y fijó su nuevo reto en las 24 Horas de Le Mans donde logró ser segundo de su categoría en 1999. Comenzó a compaginar las carreras de GT con sus seis participaciones en el Dakar, pero le empezó a picar algo más que una afición: la escalada. En 2001 cumplió su sueño de ascender el Everest y el Cho Oyu.
En 2006 subió el Manaslu y el pasado año el Monte McKinley. La pasada semana, el Monte Fuji le arrebató a dos amigos y le obligó a demostrar, de nuevo, su entereza al tener que ser él propio Katayama el que llamara a la policía y a los familiares de sus compañeros desaparecidos.