Fórmula 1 | El brasileño no tuvo todo el apoyo de Brawn

"¿Qué le está pasando a mi coche, qué pasa?"

Esto dijo Barrichello por radio a su ingeniero tras la primera parada en Interlagos, con sospechas de tener tocadas las presiones. Y le dijeron: "Tranquilo, tranquilo, vas bien"

Carlos Miquel

En el box de Brawn en Interlagos el champán vuela por los aires mientras un Rubens Barrichello de gesto serio y mirada llorosa celebra el título de constructores que él también ha ayudado a conseguir. Aún le duraba el enfado del extraño comportamiento de su monoplaza en la carrera. En la primera parada su jefe Ross podría haber optado por cargarle menos gasolina y evitar así el tráfico, pero, sin embargo, le puso detrás de Button y delante justo de Vettel y Hamilton, a los pies de los leones. Y el BR001 con el que volaba al comienzo se convirtió en una tortuga, 2,8 segundos más lento. Desesperado, Rubinho gritó por radio: "¿Qué le está pasando al coche, qué le pasa?". A lo que su ingeniero contestó: "Tranquilo, tranquilo, estás en los tiempos". En los que le apartaban de la victoria y de alargar la emoción por el título.

Aunque no quiso decirlo públicamente, nada más terminar la carrera el piloto brasileño de-sapareció en la habitación de su box junto a los suyos con el temor de que le habían tocado las presiones en esa primera parada. Es el método más sencillo para quitarle a un piloto medio segundo por vuelta sin que se dé cuenta. Ya lo sufrió Alonso en sus carnes en el GP de China de 2007, con McLaren.

Esta vez, Brawn quería ver a Jenson campeón ya en Brasil y no correr el riesgo de que Rubinho (que ahora dice increíblemente poder quedarse en Brawn) se lleve el publicitario número uno a Williams. Lo lograron.

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