Fórmula 1 | GP de Bélgica

Alonso y Alguersuari brillaron ayer en Spa

Fernando se mostró rapidísimo desde el primer momento, sólo superado por Red Bull y a la altura de McLaren y Ferrari. El catalán terminó noveno y batió a Buemi

Carlos Miquel

Hubo un tiempo, hace cuatro siglos, en el que España reinaba en la región Valona. Y lo hizo a costa de una sangría en dinero y almas, sobre un territorio hostil y de una humedad que helaba los pensamientos. En la actualidad, Europa es, por suerte, tierra de paz y las batallas se disputan en el terreno del deporte. Ayer nuestro país volvió a reinar por un día sobre los húmedos bosques que rodean Spa, en las viejas Ardenas.

Fernando Alonso se mostró muy veloz en el campo de batalla belga. Tanto, que se permitió el lujo de probar con mucha gasolina mientras mandaba a uno de los miembros de su brigada ligera, Romain Grosjean, al frente con un Renault R29 ligero de equipaje.

Con quince kilos de combustible, el debutante francés se colocó quinto y a una sola décima del rey de los anglosajones, Lewis Hamilton, el más veloz del día. Con cincuenta kilos en el depósito, Fernando marcó un registro de 1:47.862 (14º absoluto). Con la importancia que tiene el peso en esta pista tan larga el ovetense podría haber sido el más rápido con 1:46.8. Eso dicen en su escudería, pero la sensación que dejó Mark Webber, ese caballero de ligera cojera venido de Australia, es que podía haber estado aún más arriba de donde estuvo, en un tiempo de 1:46.5.

Los Red Bull son los claros favoritos gracias a su poderosísimo sector intermedio. Vuelan en las curvas rápidas, con un segundo parcial en el que Mark le endosó casi un segundo al bicampeón español.

Jaime Alguersuari fue el joven cabo del ejército español que ayer puso también su pica en los Países Bajos. El catalán superó a su compañero Buemi por 1,23 décimas y terminó el día en una brillante novena plaza. Los Toro Rosso, que llevan ya el kit completo aerodinámico que estrenara Vettel en Silverstone, también son un tiro.

Así las cosas, el general Alonso volverá a luchar por meterse hoy en una de las dos primeras filas de la parrilla, mientras su colega catalán puede pasar con solvencia a la Q2, el club de los quince mejores. Entre los estandartes y armaduras de cuero del campo de batalla sólo hay un soldado que desentona, temeroso, aunque con hermosas vestiduras, el príncipe italiano Luca Badoer. A casi dos segundos por vuelta del descendiente de los vikingos, Kimi Raikkonen, ésta puede ser su última guerra antes de marcharse en retirada hacia el castillo rojo de Maranello.

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