Fernando iba lanzado a por su victoria 22

Deportivamente, Fernando Alonso no se fue demasiado descontento de Hungaroring. Al menos le quedó el sabor de boca de que su victoria 22 era posible. Y eso es algo que parecía un milagro en otras carreras de esta temporada. El asturiano perdió desde la vuelta cinco un segundo por vuelta respecto al ritmo que podía haber llevado. De hecho, en ese paso por meta está congelada su mejor vuelta en carrera. El problema de la bomba de la gasolina machacó sus tiempos. Debido a una avería, tenía que regularla manualmente desde el volante en cada curva y eso le hacía perder atención y velocidad.

Así las cosas, el piloto que posteriormente ganó la carrera, Lewis Hamilton le alcanzó porque le recuperó de medio en medio segundo. Y, según los cálculos de la escudería francesa, la estrella ovetense podría haberse alejado de no mediar el problema mecánico de cinco en cinco décimas hasta su primera parada. Es decir, de los casi cuatro segundos que le sacaba en su mejor momento podría haber tenido ocho antes de la primera detención. Justo lo que necesitaba para ganar, ocho segundos de ventaja en cada uno de los 'stints' para sacarle 24 antes de su última parada y conseguir así en pista los 21 que necesitaba de colchón para compensar su arriesgada táctica de tres paradas, una más que el campeón del mundo británico.

Sin embargo, la historia fue otra mucho menos agradable y, tuerca al margen, el motor del Renault R29 respiraba cada vez peor por el mal funcionamiento de la bomba de la gasolina. El abandono, el primero que sufre el asturiano por causas mecánicas desde Montmeló 2008, estaba asegurado. Por eso decidieron retirarle de la pista y no sacrificar más kilómetros del propulsor. Una oportunidad perdida para el doble campeón del mundo.