Alonso regresa al grupo de los perseguidores

Jornada desapacible en Nurburgring. El gélido viento y la fuerte humedad ambiente dejaron una sensación térmica cinco grados por debajo de los doce que marcaban los termómetros. Al calor de la pasión por el chico de la eterna sonrisa, Vettel, las colas kilométricas se sucedieron a la entrada del circuito. La faraónica obra de una montaña rusa y zona de atracciones le ha quitado un carril a la carretera de acceso y tiene la culpa de un colapso que promete recordar al del año 2000, cuando la pasión por Michael Schumacher estaba en su apogeo.

El joven germano fue ayer el más veloz y es el claro favorito para lograr hoy la pole por la facilidad de calentar los neumáticos de su monoplaza, que le da aún más ventaja en condiciones frías. Pero Brawn está en mejor forma que en Silverstone. De salida de boxes, no funcionan, pero en la segunda vuelta Jenson Button ya estaba en el ritmo de Vettel, al que calca los tiempos en las tandas largas.

En Renault, mientras tanto, se ha recuperado algo la sonrisa. El alerón delantero está ahora mucho más perfilado en sus flap laterales y Alonso, octavo, vuelve al grupo de los perseguidores. Ayer terminó a cuatro décimas de Vettel (Hamilton iba ligerísimo) y, salvo los Ferrari, que iban muy cargados, puede optar incluso a la séptima plaza de la parrilla. Al asturiano se le vio con buen ritmo de carrera y posibilidad de superar a otros equipos que a menudo se le cuelan, como Williams o Toyota.