Fórmula 1 | GP de Alemania

Alemania sólo un 64% a fondo

El circuito será una piedra de toque para los ingenieros y la aerodinámica de los coches

Jorge Bautista

El trazado de Nurburgring es uno de los más conocidos dentro del panorama automovilístico. Con una longitud de 5.148 metros, se presenta un gran premio completo que cuenta con tramos desde velocidad elevada a chicanes, unidas por curvas lentas. Adelantar no es fácil, por lo que la posición en la parrilla es crucial.

El circuito alemán plantea un gran trabajo aerodinámico, para lograr una buena estabilidad en los monoplazas. Una adecuada suspensión es básica para no castigar al vehículo con los altos pianos. La agresividad de los pilotos al tirarse a ellos será clave. Además, el coche tiene que tener una buena respuesta a la hora de girar y en los cambios de dirección. Los ingenieros tienen que definir un chasis equilibrado para evitar salirse de las trazadas.

Bridgestone ha elegido neumáticos con compuestos súper blando y medio. El clima será esencial. Preocupan las frías temperaturas, la diferencia de las mismas entre la mañana y la tarde, y la posibilidad de lluvia. Los especialistas en ella, como Vettel, desearán que caigan unas gotas de agua.

No hay frenadas fuertes, y el desgaste en pastillas y discos de freno no es elevado. Tampoco es exigente con el motor, que trabaja a máximo régimen en el 64% de la vuelta por la baja densidad del aire y la altura (500 metros por encima del nivel del mar), que reduce la presión del motor, pero genera menos potencia. El problema, los baches de la pista.

Nurburgring abrió a mediados de los años 20, y albergó 22 grandes premios desde 1951 hasta 1976, ya que tras el accidente de Niki Lauda desapareció del calendario, hasta 1984, para mejorar su seguridad. En 2007, Alonso fue primero, seguido de Massa y Webber.

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