Fórmula 1 | GP de Gran Bretaña

Vettel acaricia la victoria y Alonso opta a un punto

El evolucionadísimo Red Bull Renault es un tiro y el alemán lo certificó con una gran pole cuatro vueltas más largo de gasolina que Barrichello (Brawn). Fernando, décimo, entró en la Q3 pese al estancamiento del R29

Carlos Miquel

Los datos no mienten. A la curva de Priory, la penúltima rápida, de quinta velocidad, antes de entrar en Brooklands, Sebastian Vettel llega a 274,6 km/h. Fernando Alonso aterriza allí, y con el mismo estupendo motor Renault a una velocidad 3,9 kilómetros/hora inferior. A partir de dos km/h de diferencia, los ingenieros consideran que es un abismo. Y más después de la zona más decisiva en el tiempo por vuelta en Silverstone. Siete virajes con una fuerte frenada y dos enlazadas que miden la capacidad de agarre de un monoplaza. Si en las famosas eses de Becketts el piloto de talento puede arreglarlo a base de cerrar los ojos y levantar lo mínimo posible el pie del acelerador, en los 33,5 segundos del segundo sector no hay solución posible. Allí el bicampeón e internacionalmente reconocido como mejor piloto de la parrilla pierde casi cuatro décimas con la escudería privada (aunque con más presupuesto) que lleva su mismo propulsor.

Red Bull ha estrenado un coche completamente rediseñado, el RB05B, y Vettel sumó con la ayuda de su talento una esplendorosa pole. Se detendrá por primera vez en la vuelta 22, cuatro más tarde que el Brawn de Barrichello, segundo en parrilla, y tres después que su compañero Webber, perjudicado en su vuelta buena por Raikkonen. La joven estrella alemana acaricia la primera victoria en seco de su vida y más después del apagón sufrido en este circuito y ante su público por el líder Button, con problemas de agarre todo el fin de semana. Jenson sale sexto en un mal día para los reglajes elegidos en su monoplaza.

Mientras tanto, Renault mantiene el mismo morro de camión en el R29 y Alonso, décimo con una estrategia similar a la de Barrichello, aspira a sumar algún punto. Para lograrlo debe pasar a Kimi (que va a la misma vuelta) y tirar como un poseso a la espera de una oportunidad. La escudería gala tiene su tropa desmoralizada (aún no saben si seguirán en plantilla en 2010) y se quedó sin presupuesto para evolucionar el día que la FIA aprobó el doble difusor. Le costó rehacer el coche 60 millones de euros. Fernando metió su monoplaza en la Q3 gracias de nuevo a dos vueltas magistrales. Massa, los BMW y los dos McLaren no lo lograron. ¿Se imaginan lo que sería capaz de hacer el asturiano con un Red Bull?

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