Fórmula 1 | Crisis en las escuderías

Los grandes están en un callejón sin salida

Tras invertir millones en sus difusores dobles, Ferrari, BMW, Renault y McLaren siguen por detrás de Brawn GP, Red Bull y Toyota. El equipo de Alonso no tiene prevista ninguna novedad para Silverstone

Carlos Miquel
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Tenemos fotografías del Brawn por arriba, por detrás y desde todas las perspectivas. Pero es que, aunque quisiéramos, no podríamos copiarlo. Su concepto es tan distinto que no es posible adaptarlo a nuestro coche. Es más, ha llegado a un punto que en realidad no obtenemos tanta ventaja de nuestro difusor doble". Estas palabras de un técnico de uno de los cuatro grandes equipos reflejan la desesperación que comienza a reinar entre los clásicos dominadores de la Fórmula 1. Ya saben que les será imposible alcanzar en lo que queda de año las prestaciones del coche blanco y fluorescente.

Y, lo que es peor, tras el espejismo del reviradísimo Mónaco (donde Kimi casi logra la pole y finalmente consiguió su primer podio de la temporada, tercero con el Ferrari tras los dos Brawn), el Istambul Park volvió a colocar a los Ferrari, BMW, Renault y McLaren detrás del club de los que comenzaron el año con el difusor doble, Brawn, Toyota y Williams, más el impecable diseño de Adrian Newey con los Red Bull. Cuatro de las seis mejores vueltas rápidas en el circuito turco las lograron los coches que la FIA declaró sorprendentemente legales en Australia.

Ahora llega Silverstone y, con sus curvas enlazadas de alta velocidad y que necesitan mucha carga aerodinámica, los del club de los difusores pueden volver a volar. Llevan meses de ventaja en el desarrollo de este concepto mientras que sus poderosos rivales aparecen en los circuitos con piezas y piezas nuevas que cuestan una millonada desarrollar, sin obtener el éxito buscado.

Por desgracia, para Gran Bretaña Renault no tiene previsto estrenar nada en el coche. El plan ahora mismo es encontrar algo que sirva de verdad para dar un salto de calidad y se van a evitar parches como el alerón de Estambul. Si todo va bien, no veremos un R29 modificado hasta Hungría o Valencia (es decir, en tres o cuatro carreras).

La situación es dramática para la escudería francesa, porque mientras el resto de equipo aportan novedades y mejoras, en Turquía el monoplaza que pilotó Alonso era el mismo que llevó tres grandes premios antes. Renault es séptima en el Mundial de constructores, con los once puntos de Alonso. El mejor de los grandes es Ferrari, cuarto, pero a 76 puntos de Brawn. McLaren es quinto y BMW, octavo, con sólo ocho puntos.

A pesar de todo, los alemanes ya tuvieron en Turquía un coche mejor que el de un Alonso al que le tocará sufrir de nuevo en Silverstone o esperar una carrera loca en la que aprovecharse del caos para estar arriba. Algo que tampoco se produjo en Estambul, donde sólo el abandono de Barrichello le hizo ganar un puesto.

Para entonces tampoco estaría mal que Pat Symonds acertara por una vez con la estrategia de carrera. En Turquía le cargaron demasiado y, con un segundo menos de gasolina en el reportaje habría salido de su primera parada delante de Adrian Sutil, que le frenó más de un segundo por vuelta con su Force India. Así, en un nuevo milagro, podría haber arañado al menos dos puntos en detrimento de Timo Glock y Robert Kubica.

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