Fórmula 1 | Actualidad

Brabham se une a Mosley en su Mundial fantasma

La reaparición del viejo e inexistente equipo es la última maniobra del presidente de la FIA.

C. Miquel

March, el viejo equipo de Max Mosley, no existe desde 1993. Sin embargo, es uno de los preinscritos para el próximo Mundial. Y ayer se unió Brabham, otro de los nombres míticos de la década de los ochenta, que llegó a poseer su amigo Bernie Ecclestone. Se trata de engordar como sea un posible campeonato de F-1 sin las nueve escuderías rebeldes de la FOTA, que se han preinscrito, pero sólo correrán si se elimina el tope presupuestario y se siguen sus normas. En la actualidad hay hasta diez escuderías y entre las que presentan una base sólida destacan las dos españolas, Campos y Epsilon Euskadi. Aunque en un perfil muy ceñido al ahora en duda tope de 45 millones de euros.

Para resucitar Brabham se ha recurrido a un hombre de negocios alemán, Franz Himler, que se hizo con los restos de Super Aguri. Dicen tener asegurados tres años de patrocinadores y afirman en un comunicado "estar encantados de competir en la F-1 con tope presupuestario". Tan por los pelos está cogida la historia que la familia Brabham piensa denunciarles: "Emprenderemos acciones legales por haber usado nuestro nombre sin nuestro permiso. La escudería se llama Formtech y no puede utilizar nuestro apellido".

Mosley, por su parte, mantiene su beligerante postura contra los equipos: "Si quieren correr con sus propias normas que hagan su campeonato, nosotros tenemos el Mundial de F-1 y llevamos regulándolo desde hace sesenta años. Además, no se puede firmar el Pacto de la Concordia de aquí al día doce".

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