Sería una gran historia para Hollywood, gana la carrera. Si lo haces, prepárate para un Oscar". Era el mensaje que un amigo le había enviado a Helio Castroneves poco antes de salir desde la pole de las 500 Millas de Indianápolis. Tras bajarse de la verja donde disfrutó de la victoria con los 450.000 espectadores presentes en el legendario circuito, espetó llorando: "Creo que mis lágrimas lo dicen todo. Quiero agradecer al Señor, a mi familia, a mi jefe, al equipo y a todos los aficionados la fuerza que me han dado en estos momentos tan difíciles".

Y es que hace apenas cuarenta días, el ahora triple ganador de las 500 Millas estaba sentado en un banquillo de la Corte Judicial de Miami. Fueron más de seis meses de juicio por siete causas pendientes, una de fraude por asociación ilícita y seis por evasión de impuestos, se enfrentaba, junto a su hermana Katiuicia y el abogado Alan Miller, a una petición de cinco años de reclusión en una cárcel federal. Por eso, cuando el jurado les absolvió el 17 de abril, Castroneves rompió a llorar sin consuelo.

Se había perdido varias carreras al acudir en múltiples ocasiones a declarar. Sólo dos días después del fallo judicial ya estaba en Long Beach para disputar una prueba de la IndyCar. El pasado viernes se confirmó que Helio y los otros dos acusados quedaban definitivamente libres de cargos y el piloto de 34 años lo ha celebrado ganando en el óvalo de Indiana.

Fueron más de tres horas y cuarto de emoción con multitud de colisiones, adelantamientos y espectáculo. Para aumentar los tintes de dramatismo, si no fuera suficiente con lo de Castroneves, el segundo clasificado fue Dan Wheldon. El británico del coche número 4 había pintado su monoplaza con el uniforme de camuflaje de la Guardia Nacional de EE UU. Su idea era ganar y homenajear a sus compatriotas militares: "Tenemos a los mejores soldados, debemos estar orgullosos".

El tercer lugar también resultó histórico. Danica Patrick se convirtió en la primera mujer que sube al podio de Indianápolis. Un podio que habrían firmado a ciegas los organizadores. El que no tuvo tanta suerte fue Oriol Serviá, que abandonó tras haber remontado desde la posición 25ª hasta la novena.

Sin embargo, cuando cayó la bandera ajedrezada, todos pasaron a un segundo plano excepto Castroneves. Hizo honor a su apodo de Superman escalando la valla que separa el trazado, se convirtió en el noveno piloto en lograr tres triunfos, colocándose a uno de las leyendas A. J. Foyt, Al Unser y Rick Mears, y entregó el triunfo 15º a otro mito, Roger Penske.

El ganador de la versión norteamericana de 'Mira quien baila' en 2007 y dueño de la franquicia de 'Burger King' en todo Brasil ha vivido unos meses de tensión y temor que han desembocado en gloria y admiración. El amigo de Helio tenía razón. Un guionista medio de la meca del cine tiene mimbres suficientes para contar su historia y acudir a la alfombra roja del Teatro Kodak de Los Ángeles a recoger estatuillas.