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Automovilismo | En el circuito de Phoenix

Martin un cincuentón que gana en la Nascar

El veterano piloto dio toda una lección de conducción y experiencia para imponerse en una prueba de la Copa Sprint, la máxima categoría de la especialidad, con 50 años y 89 días. No ganaba desde 2005

<b>UN GRAN ESPECTÁCULO. </b>El circuito internacional de Phoenix presentaba este impresionante aspecto para la octava cita de la Nascar.

En 1977, la ASA (Asociación Americana de la Velocidad) le nombró rookie nacional del año. Ayer, Mark Martin ganó en Phoenix su 36ª carrera de la Copa Sprint, la división más importante de la Nascar. Con 50 años y 89 días. El piloto del Chevrolet cinco es, según los expertos, el mejor piloto de la historia sin título: cuatro subcampeonatos hay en su palmarés.

En la mente le golpeaba su derrota en las 500 Millas de Daytona, en 2007, a manos de Kevin Harvick por 0.020 segundos, y los cuatro años sin ganar. Ayer no perdonó. Salió desde la pole y adelantó a Tony Stewart a falta de seis vueltas para no dejar ya el liderato. Y llegaron las alabanzas. "No hay nadie que no le admire, él fue responsable de que muchos quisiéramos ser pilotos", dijo Stewart. "Este chaval lleva treinta años aquí. Es increíble verle combatir", afirmaba Kurt Busch, que tenía tres años cuando Martin debutó en la máxima categoría. 23 años después, en 2004, Busch ganó el campeonato con Martin de compañero de equipo.

Martin nació en 1959 en Arkansas y aprendió a conducir de una forma peculiar. Desde muy corta edad, su padre le sentaba en su regazo y le dejaba al volante. Iba aumentando la velocidad y le decía: "Mántenlo en la carretera". Nunca se salió. Su único ídolo, su progenitor, murió en accidente de avioneta en 1998. Mark sigue pilotando su jet como homenaje. Lo mismo que hizo ayer al cruzar la meta: "No haré trompos para celebrar la victoria. Daré una vuelta polaca por mi amigo Alan Kulwicki" dijo por radio. Kulwicki, fallecido como el padre de Martin en 1993 siendo el campeón vigente, inventó la costumbre de dar la vuelta de honor en sentido contrario. Ayer, Martin, hombre agradecido, compartió con el recuerdo del gran mito de origen polaco el día de su regreso al triunfo.