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Motor | Iván Cervantes

Talento, técnica y profesionalidad

Tricampeón mundial de enduro, acaba de ganar el certamen indoor. En pocos años, el Dakar conocerá su potencial.

<b>CAMPEÓN. </b>Iván Cervantes remató el título en Madrid.

El mejor piloto español de enduro de la historia ha añadido un nuevo triunfo a su palmarés. La Copa del Mundo indoor recién conquistada en Madrid le hace sacarse la espina del subcampeonato en el Mundial 2008. Conocido entre la prensa, sus rivales y los aficionados como El Terrible, Iván Cervantes no dio ni opción para pensar a qué se dedicaría este catalán nacido en Cambrils (Tarragona), el 2 de mayo de 1982.

A los cuatro años ya estaba subido a una Merlín de trial de 50cc, obsequio de un gran aficionado a las motos, su padre. Dos años más tarde debutó en competición en una prueba en La Molina (Girona) y con trece era campeón de España de motocross. Fue el primero de una larga lista en las que se incluyen seis títulos de nacionales de enduro, además de otros muchos en categorías inferiores, y en motocross y supercross. Y a nivel internacional, sus tres títulos de campeón del mundo de enduro. Dos en la categoría E1 (2005 y 06) y uno en E3 (2007).

Iván es la unión perfecta de un potencial enorme, un talento innato, una técnica depurada y una sacrificada profesionalidad. Se demuestra al ver su llegada al mundo del enduro. En 2002, debutó en el Nacional de la especialidad en Pinell del Brai (Tarragona) y al no conocer exactamente cómo funcionaba la competición pidió consejo a Isidre Esteve, que le ayudó en sus dudas sobre el reglamento. Salió a la pista y derrotó a Juha Salminen, siete veces campeón del mundo.

A los 26 años, este Tauro ligado a su signo ("Creo que tengo la sangre de un toro para derrotar a mis adversarios"), tiene muchos años para seguir acumulando títulos ligado siempre a su KTM, pero el Dakar merodea su cabeza. Nunca asegura que acudirá pero tampoco rehuye contestar sobre un futuro en la mítica prueba. "Tienes que estar muy centrado para ir al Dakar. Todavía estoy medio loco. Para ir allí no tienes que tener tanta ansia de victoria como tengo yo. Si voy cuando tenga unos treinta años ya no tendré tantas ganas y podré ir más tranquilo". Su palmarés puede ir haciéndole un hueco.