Antonio García
"Lo mejor de mi Rolex es que pone winner"
Antonio García regresa hoy con el reloj que le acredita como ganador de Daytona y dice que "la celebración fue bonita, muy al estilo americano".
Ya es leyenda, ganador en Le Mans y Daytona...
(Se ríe con modestia). No me gusta hablar de esas cosas antes de las carreras, pero es cierto que el sábado lo hicimos. Se fue cumpliendo todo como si estuviera escrita la victoria, empezando porque Donohue lograra la pole 40 años después de que lo hiciera su padre. Ha ido todo rodado, incluyendo la mecánica, perfecta. Sólo hubo que echar gasolina y cambiar ruedas. Una preparación muy buena.
Aún así, 24 horas dan para mucho y tuvo una salida de pista. ¿Pensó que eso era el fin?
Pensé que se había ido todo al traste por mi culpa. En Estados Unidos están prohibidos los calentadores y, ya de madrugada, me tocó salir con los neumáticos fríos. Nunca lo había hecho y me salí nada más tocar el freno, sin ir deprisa. Donohue me dijo que no me preocupara, que él había tenido la suerte de salir con los neumáticos fríos pero con la bandera amarilla.
Luego pudo resarcirse...
Sí, porque después del golpe volví en quinta posición, con tres vueltas perdidas, y me resarcí adelantándoles a todos y marchándome un poco. Ahí se me pasó el cabreo y luego viví la tensión de tener detrás un rival tan duro como Montoya durante 20 vueltas. Llegué a sacarle tres o cuatro segundos, pero en la siguiente entrada a boxes se colocaron mal varios coches, a mí me tuvieron que empujar hacia atrás, y Montoya y nuestros compañeros de equipo con el otro coche se me metieron delante. Me lo pasé muy bien en ese penúltimo turno, con tráfico en la pista y descubriendo lo que era competir en un óvalo.
Donohue fue el héroe, por las connotaciones históricas de su triunfo y porque contuvo a Montoya al final, sin embargo, ¿primó el equipo ante todo?
Sí y cuando me bajé en mi último turno, la respuesta que recibí en el box fue muy buena. Había desgastado a Montoya.
¿Qué tal la celebración?
El victory lane, un podio sólo para los vencedores, con los cuatro pilotos subidos al coche y con todo el equipo presente, es muy bonito, muy al estilo americano: show y confeti. Los europeos somos más clásicos.
¿Lucirá el Rolex Daytona o lo guardará en una caja fuerte?
No lo guardaré. Me lo pondré, pero sobre todo me encanta por la grabación que lleva en su parte trasera. Lleva el logo de la carrera, el año y la palabra winner (ganador). Eso es lo mejor de él y lo que le da un toque especial. Espero volver a Daytona a la mínima opción.
¿Próximos objetivos?
Intentar volver a ganar en Le Mans. Lo tengo hecho con Corvette al 99 por cien.
¿Por qué no llegó a la F-1?
La F-1 es, principalmente, un negocio y un sueño para los pilotos, pero no debe ser una obsesión. Campos me ayudó y gané la Fórmula Nissan. Me ofreció volver a correrla, pero elegí otro camino del que no me arrepiento. Entonces sólo hubo hueco para dos, Gené y Alonso, y yo me alegro de los éxitos de Fernando porque, además de lo que eso conlleva, me sirve para saber que igual yo también habría triunfado en la F-1. -Mela Chércoles