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Automovilismo | 24 horas de Le Mans

La lluvia impide que Gené entre en la historia

El catalán acabó segundo con Peugeot, pero no pudo con Tom Kristensen, el hombre récord de Audi, que logró su octava victoria en la mítica carrera. Los dos Epsilon Euskadi rompieron el cambio y no terminaron

<b>UNA PRUEBA ÚNICA. </b>El público volvió a abarrotar el podio de Le Mans, con los pilotos de Audi y Peugeot celebrando el éxito obtenido en la 76ª edición de esta gran prueba.

Una pequeña modificación cambia el plan más perfecto. Eso es lo que le ocurrió a Marc Gené y su Peugeot 908 HDi compartido con Minassian y Villeneuve. Pasado el ecuador de la prueba dominaban con autoridad las 24 Horas con más de una vuelta de ventaja sobre el Audi de Kristensen, Capello y McNish. Pero la madrugada francesa añadió un elemento habitual en la zona, pero que hasta entonces no había aparecido: la lluvia. El agua cambió la decoración del gran duelo. Los hasta entonces dos o tres segundos que el Peugeot sacaba por vuelta al prototipo alemán, se revertieron a favor de la firma de los cuatro aros. Además, se juntó la presencia en pista de Villeneuve con la de Kristensen. Entre ocho y diez segundos reducía el danés por vuelta al campeón del mundo de F-1. Ni siquiera la entrada de Gené, que realizó un turno prodigioso, evitó que por la mañana el Audi sacara una vuelta al Peugeot del español.

Esa llegada de la luz natural tenía a las dos unidades del Epsilon Euskadi todavía en pista. Había pasado lo peor y ya llevaban 18 horas superadas. El sueño de terminar en su primera participación tomaba cuerpo para el primer equipo español en Le Mans. Pero La Sarthe pasa factura cuando menos lo esperas, y en el plazo de un cuarto de hora, los dos monoplazas rompían la caja de cambios. Arreglar tal avería llevaría más de siete horas y faltaban poco más de cinco. A Las 9:53, resignados, firmaban el abandono del último de los coches. La tristeza invadió el box, pero el tiempo, ese gran aliado para tantas cosas, les hará olvidar el disgusto de haber tocado lo soñado con la yema de los dedos. Y les acercará a la realidad, que dictamina que lo conseguido es un éxito; las 19 primeras horas de un equipo español en Le Mans y la seguridad de un futuro prometedor para un proyecto ambicioso que merece un justo premio.

Volviendo a los ganadores, el triunfo del Audi número 2 supuso el octavo para la firma alemana y el mismo número para Kristensen, que acrecienta su leyenda en Le Mans y aumenta su ventaja en el palmarés. Peugeot y Gené lo rozaron, y el de Sabadell se convierte en el tercer español en el segundo escalón del podio de Le Mans tras el barcelonés Juan Jover (1959) y el alcarreño Jesús Pareja (1986). La lluvia y el mayor número de entradas en boxes para repostar del equipo francés evitaron que ganara el coche más rápido en la pista. La reacción final del catalán, recortando tiempo vuelta a vuelta, no fue suficiente para contrarrestar el poderío germano, que rentabilizó con maestría su renta. El año que viene Gené y Peugeot volverán a la carga para que un piloto español se apunte, de una vez por todas, la primera victoria absoluta en la legendaria carrera.