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Fórmula 1 | GP de España

Alonso acaricia el milagro del podio en Montmeló

Éxtasis de los 115.000 espectadores con el sensacional segundo puesto en la parrilla del asturiano, al que Kimi le arrebató la pole en el último suspiro. Irá a tres paradas, pero opta a una impensable tercera plaza

Carlos Miquel
<b>IMPRESIONANTE. </b>La afición española, una vez más, puso color al segundo puesto de Fernando Alonso en la sesión de calificación de ayer en Montmeló.
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En pie, miles de aficionados comenzaron a abrazarse con el corazón a mil por hora y los ojos repletos de emoción. No se conocían, pero todos se unieron ante la llamada de la F-1, en su apoyo incondicional a Fernando Alonso. 115.000 personas presenciaron una nueva lección magistral del bicampeón, que llevó ayer un coche que en Bahrain entró por los pelos en la Q3 hasta la primera fila de la parrilla.

Hoy la euforia contagiosa de Montmeló provocará un casi lleno en las gradas. Y el mago de las carreras, que ve un sexto como un gran resultado, ha insuflado en toda España el espíritu del podio. El milagro es posible, aunque para ello él y su equipo hayan optado por una táctica arriesgada, de tres paradas, por las dos de sus rivales.

Las evoluciones del R28 le han permitido dar un salto de calidad y ahí está Nelsinho, que pasó por primera vez el corte de la última parte de la calificación. Pero por encima de todo vimos lo que sucede cuando la parrilla se aprieta y la diferencia la tiene que marcar el talento. En las primeras carreras, Renault tenía el séptimo monoplaza de la parrilla, ahora disfruta del cuarto. Ya en la segunda parte de la calificación, que todos hacen con depósitos casi vacíos, el ovetense fue el cuarto más rápido. Sólo Massa, Kubica (ojo, con un intento) y Raikkonen consiguieron superarle. Y la diferencia con el mejor Ferrari, de 220 milésimas, era para frotarse los ojos. A 11 milésimas dejó a Heidfeld; a 13 estaba Kovalainen; a 21, Hamilton; y a 90, Piquet.

Con una incredulidad total de la prensa internacional, comenzó la Q3. En el primer intento, Fernando perdió alguna décima y se quedó tercero a casi cuatro de Massa y a menos de una de Hamilton. Llegó el ataque final y, después de un primer sector tremebundo, batió al brasileño de Ferrari y a Lewis, que se vio sobrepasado por Kubica, el primer peligro, pilotos de rojo al margen, para el posible podio. El polaco de BMW lleva más gasolina que nadie.

Si miramos la diferencia de tiempos entre ambas partes de la calificación, Alonso debería llevar unos diez kilos menos que los Ferrari, es decir, tiene que parar entre cuatro y cinco vueltas antes. El plan diseñado por Pat Symonds pasa por detenerse por primera vez entre las vueltas 12 y 14, por la 17 o 18 de sus rivales. Es decir, ante una carrera de 66 pasos por meta, es muy posible que deba detenerse tres veces. Pero si tiene ritmo suficiente en el comienzo de carrera, y logra marcharse a razón de dos décimas por vuelta de sus rivales, el podio es posible.

Su compañero de póker, Kubica, sí que parece poder sostener el ritmo del ovetense. Pese a su mayor carga, apenas terminó a una décima de Fernando y es muy posible que pare en torno a la vuelta veinte. El BMW es, de momento, demasiado poderoso. Y en teoría debería dejar al asturiano en la cuarta plaza. Pero en la nueva montaña mágica de Barcelona, los sueños a veces se cumplen. Renault es, en cualquier caso, un equipo renacido y Alonso, su capitán, se abrazó uno por uno a todos sus miembros al terminar la calificación.

El viernes su coche no iba en comparación con el de los test y pidió, tal y como les adelantamos en estas páginas, que revisaran las suspensiones. Sin dudarlo, decidieron cambiarle el chasis por el de reserva y sus mecánicos trabajaron toda la noche para conseguirlo. Hace un año, en Bahrain, nadie le hizo caso cuando un plafón destrozó su coche. En cosas como ésta sí que Renault gana por goleada a McLaren.