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Motociclismo | GP de Portugal

Bradl también quiere ganar como su padre

Cuando Stefan logre su primera victoria emulará a su progenitor y, de paso, entrarán en una selecta lista de sagas ilustres junto a los Pagani, Graham, Rossi, Roberts y Nieto

Continuar la tradición familiar y heredar el oficio del padre es una práctica habitual del género humano. Artesanos, pintores, abogados, médicos o arquitectos suelen perpetuar apellidos en la profesión. Sin embargo, cuando se trata de pilotos es algo menos usual y si nos ceñimos estrictamente a aquellas sagas con padres e hijos ganadores, aún se reduce más.

En el Mundial de motociclismo hay cinco casos hasta el momento... y un sexto que podría sumarse a la lista en cualquier momento. Stefan Bradl, gran esperanza alemana de las dos ruedas, está cerca de emular a su progenitor Helmut. Éste logró cinco triunfos en 250cc, todos en 1991, que estuvieron cerca de otorgarle el título. Luca Cadalora se lo impidió.

Antes que ellos, ya están en la selecta serie cinco parejas de éxitos familiares. La primera estaba compuesta por Nello Pagani y su hijo Alberto. Éste ganó tres carreras en 500cc que le auparon al segundo puesto del Mundial, en 1972, tras Giacomo Agostini. Aún así, no superó la extraordinaria rentabilidad que le sacó a los triunfos su padre Nello. Sólo venció cuatro carreras, dos en 125 y otras tantas en la categoría reina; pero le valió para ser campeón en el octavo de litro y subcampeón en 500cc, todo en 1949, a un sólo punto del británico Les Graham.

Precisamente, este último ingresó en esta lista ya que, a sus ocho triunfos y el mencionado título, sumó las victorias de su hijo Stuart, una en 50cc y otra en 125. La siguiente familia lleva un apellido mítico: Rossi. Presentar el palmarés de Valentino es absurdo, pero quizá el de su padre Graziano es menos conocido. Tres victorias en 250cc en 1979, al manillar de una Morbidelli, le auparon al tercer escalón de la general final.

El cuarto caso es el más prolífico en cuanto a éxitos: los Roberts. Kenny El Marciano ganó 24 grandes premios y tres títulos en 500cc, además de ser considerado uno de los grandes de la historia. Su hijo, Kenny Júnior, nunca alcanzó el nivel del padre pero sus ocho triunfos en la cilindrada reina y su título, con Suzuki, en 2000 más el subcampeonato del año anterior, son suficientes para catalogar su carrera como victoriosa.

El caso que nos es más cercano incluye al mejor piloto español de todos los tiempos: Ángel Nieto. El 12+1, que suma noventa victorias a su excelsa y triunfadora trayectoria deportiva, tuvo continuidad en su hijo Pablo. Su triunfo en 125cc del GP de Portugal 2003 les añadió a estos elegidos. Precisamente este domingo, Estoril, puede suponer el ingreso oficial del apellido Bradl y quién sabe si otra grata sorpresa para la familia que más éxitos ha dado al motociclismo español.