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Fórmula 1 | La contracrónica

Un añito en el infierno

Nuevo capítulo de lo que se perfila como la temporada más dura para Fernando Alonso desde que está en la F-1. Pero hay que seguir confiando en su talento y mantener el convencimiento de que todo esto es sólo una crisis que, tarde o temprano, pasará.

Esto es lo que hay. Ya no podemos tener dudas. Después de tres grandes premios, se confirman los peores augurios y Renault tiene el que quizá sea el coche menos competitivo de su historia en la Fórmula 1. Así que nos tocará pasar un añito en el infierno. Y si los atléticos, gente abnegada e inasequible al desaliento, fueron capaces de sobrevivir, nosotros, los seguidores de Alonso, también debemos mirar hacia adelante. Entre otras cosas, porque estar al lado del asturiano es una apuesta segura y llegarán tiempos mejores. Puede que no sea en este 2008 teñido del gris de la mediocridad, pero tras la tempestad volverá a brillar el sol del talento inconmensurable de nuestro campeón.

¿Delfín de quién? Decir que Lewis Hamilton es un magnífico piloto resulta tan obvio que ni merece la pena insistir sobre ello. Pero de ahí a catalogar al británico como un nuevo mito de los grandes premios, el heredero de la gloria de Schumacher o el delfín de Senna, media un abismo. Es joven y eso se cura con el tiempo, precisamente el que debe dejar transcurrir para aprender a vivir con presión, a esperar su momento y a evitar precipitaciones tan ridículas como la de ayer en Bahrain.

El rodillo rojo. Lo de Ferrari asusta. No porque Raikkonen tenga todas las papeletas para retener su título (lo menos malo una vez que descartamos a Fernando de esa lucha), sino porque si las cosas no cambian los bostezos dominicales nos pueden acompañar en cada gran premio. La victoria de Massa es una buena muestra de que en Maranello han hecho un cochazo, así que los demás deben acelerar para evitar convertirse en meros comparsas del campeonato.

Siempre honesto. No es novedad pero tampoco deja de sorprenderme: la certeza con la que Alonso es capaz de interpretar las carreras. No falla en sus pronósticos (aunque algunos le tachen por ello de llorica) y describe con claridad meridiana cuáles son sus posibilidades y qué puede ocurrir en cada circuito. Y hace gala de esa honestidad, en ocasiones nada diplomática, incluso para quitarle plomo a la embestida de su amigo Lewis.

¡Todos a Montmeló! Briatore promete un coche para luchar por el podio en España. Sea así o no, lo importante es que sigamos estando con Fernando ahora que pintan bastos. En los momentos difíciles es cuando más agradecerá el apoyo de su afición, así que ¡todos a Montmeló!