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Fórmula 1 | Las claves de una crisis

El Renault R28 es menos competitivo aún que el R27

Fisichella terminó el año pasado sexto en Malaisia con un coche seis décimas más lento en calificación, pero Toyota y Red Bull han dado un gran salto y Alonso fue octavo con el sexto monoplaza de la parrilla

Carlos Miquel
<b>LAS MANOS DE ALONSO. </b>En el talento del asturiano deposita Renault todas su confianza para evolucionar el R28 y conseguir buenos resultados esta temporada.
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El análisis de los datos del GP de Malaisia ha helado el espíritu optimista que nació con la cuarta plaza de Australia. Sin pasión se puede afirmar que el actual R28 está peor respecto a sus rivales que el viejo y denostado R27. Giancarlo Fisichella terminó sexto en Sepang en 2007, a 65 segundos de la cabeza. El piloto asturiano finalizó algo más lejos, a setenta, y en ese escaso margen perdió dos puestos más. Es cierto que el nuevo monoplaza ha mejorado respecto al anterior. En calificación, el mejor Renault (Kovalainen) se clasificó undécimo a 1,6 segundos del mejor registro con depósitos vacíos de la Q2. Mientras que Alonso se quedó a un segundo. Es decir, ha mejorado seis décimas por vuelta, pero eso sólo equivale a un puesto en parrilla, del undécimo al décimo.

Y es que el progreso de los adversarios ha sido aún mayor que la evolución de la escudería francesa. Toyota y Red Bull han dado en un año un salto exponencial. Pero no son los únicos: Jenson Button marcó con Honda una vuelta rápida mejor que la del asturiano. Y hasta los Toro Rosso presumieron en Melbourne de poder ser una amenaza para los Renault. En cuatro décimas hay media parrilla y se puede pasar del nueve al quince en sólo un santiamén. El año pasado detrás de McLaren y BMW había un auténtico solar que en las primeras carreras supo aprovechar la escudería francesa.

El R28 tiene dos grandes problemas: la capacidad de tracción y su pésimo rendimiento con una carga elevada de combustible y neumáticos nuevos. En las primeras vueltas Alonso sufre mucho y le cuesta seguir el ritmo del pelotón. Los tiempos se tornan irregulares porque, cada vez que fuerza, el coche lo deleita con peligrosas tarascadas. Como tampoco anda sobrado para calificar bien por esa incapacidad para ser competitivo de salida de boxes, el resultado es un monoplaza insustancial, sin ninguna virtud a la que agarrarse.

Esa es otra de las diferencias con el coche viejo. Más radical por su reparto de pesos, es cierto que el anterior monoplaza castigaba más las ruedas, pero eso les permitía destacar algo más en la calificación en pistas que exigen más tracción, como Albert Park. El año pasado Fisichella se clasificó sexto en parrilla, por el duodécimo de todo un bicampeón del mundo. Y terminó la carrera quinto.

Ahora el R28 es el quinto coche de la parrilla detrás de Ferrari, McLaren. BMW, Toyota y Red Bull. También hay que tener en cuenta el rendimiento de los Williams, nefasto en Sepang, pero muy competitivo con el podio de Rosberg en Australia. Y con Honda al acecho.

En el lado del optimismo existen pocas virtudes. Una es que Renault puede evolucionar en cosas que los demás ya tienen y de esa manera acercarse a sus rivales. Otra reside en que la suspensión y los cambios aerodinámicos que Renault tiene previsto introducir en el GP de España pueden ser el primer paso para que la comparación con el coche viejo empiece a ser odiosa. La única virtud es que no castiga mucho los neumáticos y el monoplaza es más veloz que Red Bull o Toyota en las últimas vueltas antes de detenerse. Ahora deben mejorar el resto.