Fórmula 1 | GP de Malaisia
Sanción a McLaren por obstaculizar en la pista
Kovalainen y Hamilton ocuparon la trazada buena a poca velocidad cuando Alonso y Heidfeld hacían su último intento. Perdieron cinco puestos cada uno y Fernando pasó de noveno a séptimo en parrilla
McLaren impidió con sus dos pilotos que Nick Heidfeld les arrebatara la tercera plaza de la parrilla. Puede que no hubiera intencionalidad, pero el hecho es que el alemán perdió tres décimas en la calificación por tener que esquivarles cuando realizaba su vuelta buena. Kovalainen (tercero) y Hamilton (cuarto) se pusieron a ahorrar gasolina cuando volvían a boxes después de realizar su último intento, y no se les ocurrió otra cosa que colocarse en plena trazada buena en la pequeña recta entre las curvas tres y cuatro. Al otro lado, Kubica, y entre medias tuvo que pasar el alemán de BMW, que realizó una peligrosa maniobra en zigzag. Alonso, que venía justo detrás, también perdió tiempo con Hamilton pasándose al otro lado sin mirar. Por obstaculizar a ambos pilotos, la FIA decidió sancionarles, tras cuatro horas de deliberación, con la pérdida de cinco puestos en parrilla.
El finlandés salió esta mañana (08:00 horas) en la carrera desde la octava plaza, su compañero británico de la novena. Y Alonso, que se clasificó noveno con una cargada descomunal de gasolina (con la que podía incluso optar a una parada), subió dos puestos y partía desde la séptima plaza, cuarta fila de la parrilla, y con el morbo añadido de preceder a su ex equipo de las Flechas de Plata.
En cualquier caso, la lógica dice que en seco no debe ser rival para unos monoplazas que le sacan seis décimas por vuelta en Malaisia a igualdad de pesos. Más complicado lo tendrán los de Ron Dennis con los Ferrari. Massa y Raikkonen salían primero y segundo en busca del primer doblete. Pero si llueve o el ovetense realiza una arrancada extraordinaria, las cosas pueden ser bien distintas porque lleva combustible para detenerse diez vueltas más tarde. Ayer cayó una tormenta desde las cuatro a las siete y media de la tarde en este lejano país.
El agua es en teoría el único pasaporte hacia el podio del bicampeón, que sufre, además de las lagunas del R28, el hándicap de un motor mermado dos décimas en potencia respecto al nuevo de Nelsinho. Aunque por suerte no daba ayer síntomas de rotura, su propulsor trabajó con temperaturas más altas de lo normal porque su equipo, como la mayoría de la parrilla, no se esperaba el subidón de calor del domingo en Melbourne y salió a calificar sin las aberturas que hacen en el monoplaza cuando el termómetro supera los treinta grados. Esta vez el asturiano sí que entró in extremis en la Q3 junto a los diez mejores y gracias en parte a los rebufos de su compañero, porque si va en solitario le falta velocidad.
Fernando fue una pieza clave en la sanción a su antigua escudería. Pese a que Heidfeld era, con razón, el más enojado: "Si esto es todo lo que saben hacer, lo han hecho mal. Iba a 298 km/h y ellos rodaban a 80 km/h. Me hicieron perder un tiempo clave". Los comisarios, en un ejercicio de bondad hacia los McLaren, no llamaron a testificar al germano, y sí a Alonso, que describió la situación como una maniobra más peligrosa que antideportiva.
Renault aportó su telemetría. Eran las cuatro de la tarde. A las cinco le tocó el turno a Kovalainen y a Hamilton. Y esta vez ni siquiera el golpe cariñoso de un preocupado Anthony en la espalda de su hijo sirvió para cambiar una sentencia clara. Habían vulnerado el artículo 31.7 del reglamento de la FIA. Al finlandés le condenaron por estorbar a sus dos rivales y a Lewis (algo poco creíble) por molestar únicamente a Heidfeld.