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Fórmula 1 | Actualidad

La clave oculta de la ECU de McLaren

La nueva centralita anula mecanismos de seguridad que afectan al motor, y eso provocó los dos abandonos de Ferrari en Melbourne

C. Miquel
<b>PROBLEMAS. </b>Ferrari tuvo un fin de semana nefasto en Australia, y ahora ha encontrado la explicación.

El martes les adelantamos en AS que la causa de la avería de los motores de Ferrari se debió a un error de los ingenieros con la centralita electrónica. No tomaron las sencillas precauciones que se necesitan para carreras en duras condiciones de calor. Los técnicos de propulsores de la escudería se disculparon argumentando que el fallo se debió al desconocimiento de algunas funciones de la nueva ECU concebida por McLaren. Algo que no le pasa, lógicamente, al equipo británico, que logró el pasado domingo el primer beneficio de ser el fabricante de la centralita estándar del Mundial, mientras sus grandes rivales rojos se quedaron en un solo punto. En Maranello están que trinan y aborrecen el día que aprobaron, como el resto de escuderías, un proyecto presentado bajo las siglas de Microsoft (nadie sabía quién estaba detrás) y que ahorraba mucho dinero.

El análisis de los propulsores rotos explica el origen del problema. Renault, Honda y Toyota, equipos que dieron por perdida la segunda parte del Mundial 2007, utilizaron en sus monoplazas la nueva ECU durante algunos de los ensayos privados realizados desde junio del año pasado. Con esa vasta experiencia, desde entonces hasta el comienzo del campeonato han podido estudiar a fondo la electrónica y descubrir una de sus claves ocultas. El sistema anulaba ciertos mecanismos de seguridad de la mecánica durante su primera vuelta de carrera. Esto afectaba a la alimentación del motor y podía dañar seriamente su fiabillidad, especialmente en condiciones duras como las del pasado domingo, con mucho calor. Para evitar este problema, los equipos debían trabajar en el mapeado de la electrónica para tomar precauciones extras, algo que Ferrari no hizo, y eso le costó dos motores.

Culpa del calor.

Un portavoz de Ferrari aseguró a 'Autosport.com' que el problema no volverá a repetirse: "No fue un problema del control de calidad, ni de refrigeración. Fue un problema de alimentación provocado por las altas temperaturas de Melbourne. Esto desencadenó el fallo de una válvula en ambos motores. Como no se puede cambiar el diseño de los propulsores, trabajaremos en el mapeado y confiamos en que esto solucione el problema. No fue culpa de la ECU sino de nuestra capacidad de aprendizaje de la centralita. Debemos ampliar nuestro conocimiento sobre ella".