Fórmula 1 | Historias del GP
Albert Park, el parque de los campeones
Los ojos vivos, de pillo del Siglo de Oro trasladado a nuestro tiempo, la cara más afilada y una gorra calada hasta los ojos. Al lado de Fernando Alonso, otro jovenzuelo irreverente, de rostro blanco como la nieve finlandesa y la mirada ausente. Kimi Raikkonen no ha cambiado mucho. Los dos únicos campeones del mundo que han disputado esta madrugada el GP de Australia debutaron el mismo día y en ese mismo escenario, el circuito de Albert Park, el parque de juegos de los debutantes. Era el 4 de marzo de 2001 y mientras el último campeón pilotaba un Sauber con el que pudo terminar sexto, el español intentaba dominar un vetusto Minardi recien comprado por Paul Stoddart. "Aquí me va a costar más ser el jefe", había dicho Fernando antes de debutar. Viendo su monoplaza aquel día, nadie pensaba que aquellas palabras serían verdad en pocos años. Sin embargo, más de uno, al admirar su pilotaje, decidió que los dos imberbes que aquel día debutaban junto a una estrella americana como Montoya serían los grandes protagonistas de la F-1, y que el asturiano sería el encargado de jubilar al gran Michael Schumacher. Ese día murió un comisario de seguridad después de que una rueda volase por los aires tras un choque entre el BAR de Jacques Villeneuve y el Williams de Ralf Schumacher.
En este mismo país, en el que se disputa un gran premio desde 1985 y el Kaiser es el hombre que más veces ha ganado, cuatro, debutó también, y con un punto, Pedro de la Rosa en Arrows, era el año 1999. En Adelaida también ganó Senna la carrera más corta de la historia, la de 1991, con 24 minutos de duración en sólo 14 vueltas bajo la lluvia. Al tiempo, Nigel Mansell acababa en el hospital por una salida de pista... Son historias de este gran premio que habrá tiempo de contar.