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Yo digo | David Alonso

Se avecinan tiempos difíciles

David Alonso

Me gustaría pensar que Fernando ha jugado al despiste y que lleva mejores cartas de las que dice para confundir a sus rivales, pero me temo que el paisaje que pinta es auténtico. Y hace bien en exponerlo con nitidez. Conviene dejar claro cuál es el punto de partida para no crear falsas expectativas ni provocar grandes desilusiones ahora que empieza el baile en Melbourne. La distancia de Renault respecto a los poderosos no es sideral como en 2007 (casi dos segundos por vuelta) o como pudo parecer en algún entrenamiento (la carga de gasolina condiciona los resultados) pero más de medio segundo es una grieta ahora insalvable. Ganar carreras es una utopía y alcanzar el podio tampoco es hoy un objetivo realista. Toca navegar contracorriente a la espera de que el viento sople a favor.

Su monoplaza ha mejorado y progresará más, pero el inicio de la película no se desviará mucho del guión que todos suponemos. Aunque Fernando sea el mejor piloto, su presencia no garantiza victorias. Es imprescindible asumir que empieza como actor secundario. Llega una época de tormentas y no sabemos cuándo saldrá el sol. En la fábrica de Enstone trabajan a destajo siguiendo el rumbo que él marca y las previsiones de futuro son alentadoras, pero los demás también avanzarán. Ser campeón entra en el terreno de la fantasía pero no perdamos la ilusión todavía, cuando acabamos de arrancar. Al fin y al cabo hablamos del tipo que ganó dos años seguidos al piloto más laureado de la historia y a la escudería más poderosa del mundo.