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Fórmula 1 | Entrenamientos en Cheste

El nuevo monoplaza rompe con el pasado

Una veintena de personas, con Bob Bell a la cabeza, vigilaron las evoluciones de Fernando sobre un coche muy renovado en las suspensiones y el reparto de pesos

C. Miquel

En el box de Renault resultaba increíble la diferencia de cantidad y calidad de ingenieros que había respecto a Jerez. El debut del coche nuevo congregó al director técnico y padre del R28, Bob Bell, y también al nuevo ingeniero de pista de Alonso, Dave Greenwood, que comienza en Cheste el trabajo con su piloto. En total, una veintena de personas rodeaban el coche frente a los ocho mecánicos y dos ingenieros de la semana pasada.

En esa situación de nerviosismo y entusiasmo, Bob iba con la mirada perdida de un lugar a otro. El creador de dos coches campeones, R25 y R26, se juega mucho con este diseño después del soberano fiasco de 2007. El técnico inglés señaló que era un comienzo esperanzador: "Ha sido una jornada exitosa. Completamos 40 vueltas y el coche rodó libre de problemas. Y esto es todo lo bueno que esperas en el primer día de un monoplaza. Habríamos realizado al completo nuestro programa si no llega a ser por los problemas con el tiempo. Éste es un tributo real a toda la fábrica y el trabajo duro desarrollado en este coche hasta llegar a hoy. Un debut muy positivo".

Un análisis del R28, sobre el que se trabaja desde el pasado mes de junio, demuestra que se trata de una ruptura con el pasado reciente de Renault. Desaparece la quilla en V que tan buenos resultado daba con las Michelin. Este subchasis delantero sobre el que se anclaba la suspensión permitía aprovechar mejor los ultrablandos compuestos franceses y, lo mejor, sin incrementar su desgaste. Sin embargo, con los duros Bridgestone de la pasada temporada no conseguía calentarlos lo suficiente para tener agarre en el tren delantero. Era ineficaz. Ahora los brazos van anclados directamente al chasis y se parecen mucho a los del Ferrari F2008 por el trabajo aerodinámico realizado sobre ellos.

La distancia entre ejes sigue la moda de 2008, se alarga la batalla y se buscan con ello varios objetivos. Uno es estabilizar el coche en las frenadas, pero el fundamental es centrar el reparto de pesos y quitarlo de la parte trasera del monoplaza. Era uno de los defectos del R27 y otra receta tradicional de los coches franceses campeones del mundo: traccionaban mejor porque tenían más peso atrás que los demás. Al alargar el coche se perderá agilidad en curvas lentas, pero se gana adherencia aerodinámica por la parte trasera más baja, compacta y perfilada que su antecesor.

Con el nuevo alerón delantero de doble nivel el objetivo es aumentar la adherencia en el tren delantero, uno de los hándicaps del R27. Y se eliminan los flaps móviles superiores por unos más rígidos. La escudería francesa ha asimilado los puntos fuertes de McLaren y Ferrari en el pasado. Ahora es cuando debe saber evolucionarlos.