Fisichella es el piloto nómada de la parrilla

En la lucha con un adversario superior, la retirada no es ninguna vergüenza". Este proverbio chino choca frontalmente con el pensamiento de Giancarlo Fisichella. El italiano rompe con el cambio que se está produciendo en la Fórmula 1 en los últimos años. Antes, los pilotos buscaban cualquier hueco que quedaba libre para engancharse utilizando sus contactos y su palmarés.

Exactamente lo que ha hecho Fisichella pero que no ha podido conseguir, por ejemplo, Ralf Schumacher. Otros como Trulli, Coulthard, Webber, Button y Barrichello han salvado su asiento, sin que les llegara la camisa al cuello en muchos momentos. Los pilotos jóvenes han ganado consistencia y crédito, en muchos casos, gracias a la aparición durante los últimos años de campeonatos como la GP2. Los dueños de las escuderías ya se fían de los talentos precoces y desde el nacimiento de la segunda división, en 2005, siete pilotos han logrado su plaza en la parrilla. Y tan sólo Scott Speed la ha perdido. Heikki Kovalainen, Nico Rosberg, Lewis Hamilton, Timo Glock, Kazuki Nakajima y Nelsinho Piquet han llegado para quedarse y conforman un bloque potente.

No sólo están sino que ocupan, en su mayoría, monoplazas de los mejores equipos. Y, por detrás, otros jóvenes esperan una oportunidad. Los veteranos ya sólo se aferran a su equipo actual y una vez que no cuenten para ellos, su trayecto en la F-1 habrá finalizado. La parrilla se rejuvenece y como prueba un ejemplo: el cuarto piloto que más veces ha cambiado de equipo es Fernando Alonso, un veterano de 26 años.

Así pues, el caso de Fisichella es una excepción. Sus seis cambios de equipo en trece años de carrera profesional entroncan con los nueve años consecutivos que Coulthard pilotó para McLaren. De los 22 pilotos de la parrilla 2008 hay dos debutantes: Nelsinho y Bourdais. Y tan sólo tres que participaron en el anterior Mundial y ahora defenderán otros colores: Alonso, Kovalainen y Fisichella. Los otros 17 repiten y, de ellos, diez llevan tres o más años consecutivos en la misma escudería.

La F-1 antigua era más proclive a que un piloto con renombre eligiera cuándo se quería retirar o cambiar de aires, porque siempre había un equipo dispuesto a contar con él. Experiencia, seguridad, control y, sobre todo, la posibilidad de aprovechar su imagen como reclamo publicitario, eran razones más que suficientes. Nombres como Alboreto, Patrese o Alesi, auténticos nómadas, reafirman este argumento. Ahora pocos pilotos pueden permitirse el lujo de dejar un equipo y asegurarse contar para otro. Casos como el de Webber, que pasó por cuatro equipos diferentes en ese mismo número de años, están condenados a desaparecer.

Actualmente las escuderías buscan jóvenes con talento y, sobre todo, ganas de comerse el mundo. El beneplácito de los veteranos que pasan los años sin aportar resultados está condenado. Quince de los pilotos que estarán el 16 de marzo en Australia son menores de 30 años. La precocidad está de moda y la decisión de Force India de contar con Fisichella por delante de Roldán Rodríguez o Vitantonio Liuzzi, es contraria a la idea general de la competición. Hacerse viejo al volante de un F-1 será cada vez más difícil. Y la actuación de Fisico en el próximo campeonato explicará el porqué del incipiente cambio que se ha producido.