NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Fórmula 1 | Pretemporada 2008

Schumacher deslumbra en su regreso a las pistas

El 'Kaiser' marcó el mejor tiempo del día y no acusó las 64 vueltas que dio a Montmeló. Sus consejos fueron muy útiles. De la Rosa, tercero, fue el mejor no Ferrari. Michael se mide hoy al titular Massa

Carlos Miquel
<b>IMPRESIONANTE. </b>Michael Schumacher demostró que no se le ha olvidado pilotar monoplazas de Fórmula 1. Ayer condujo a sus 38 años como si tuviera 25.
afp

Creo que hay por aquí un piloto llamado Michael, parece que tiene talento. Creo que puede hacer carrera en la Fórmula 1". Ésta es la broma con la que David Coulthard definió el regreso de su antiguo enemigo en las carreras. Es, a su manera, una reivindicación de los veteranos. Con 38 años, sólo dos más que el piloto de Red Bull, el 'Kaiser' demostró tener intacto el talento que le convirtió en el hombre más laureado de todos los tiempos.

Doce meses después de su último contacto serio con un Fórmula 1, y sin control de tracción, Schumi sacó a relucir ese estilo milimétrico que le ha hecho famoso para conseguir el mejor tiempo del día. Lo marcó en la vuelta 55 de las 64 que estuvo en pista. Le endosó dos décimas al probador Badoer y la diferencia con Pedro de la Rosa, de siete décimas, apunta a que lo hizo con menos combustible que los McLaren. Eso no importa, Michael ha demostrado estar para correr y si hoy bate en los tiempos también a Massa dejaría en una delicada posición pública al actual piloto titular de la escudería.

La vuelta de Michael a los circuitos fue como el comienzo que los productores nunca se atrevieron a utilizar en la película 'Nunca digas nunca jamás'. A un guionista se le ocurrió que Sean Connery apareciera gordo al comienzo, en una casita en el campo, bebiendo cerveza... Después de recibir la llamada del servicio secreto británico se metía en la habitación y volvía impecable, con su esmoquín, dispuesto para la acción. A Schumi le ha pasado lo mismo. En Nurburgring, a finales de julio, su clásica barbilla prominente empezaba a disimularse con una papada de simpático perfil curvado.

La buena vida y la perspectiva laxa de la preparación física le habían engordado ligeramente. Desde agosto, el Kaiser se puso manos a la obra para preparar este test. Y ayer, a las nueve de la mañana estaba listo para competir. Saltó a pista enjuto y delgado, y soportó sin problemas el esfuerzo. Además, habló en todo momento con los ingenieros para darles sus consejos.

A pie de curva, su coche delataba la ausencia de control de tracción. Derrapaba a la salida del viraje, pero Michael, en línea con lo demostrado durante su carrera deportiva, no cometió ni un solo error. Desde el primer momento le salían los tiempos sin apenas esfuerzos. Su prueba más reciente del F2007 se limitó a unas vueltas de exhibición en Fiorano hace ahora un mes.

Las Flechas de Plata, como sus rivales, llevaron la nueva centralita que prohibe también las ayudas a la frenada, un símil de los sistemas antibloqueo. De la Rosa mantuvo a raya, como siempre, a su compañero Gary Paffett, a algo más de tres décimas.

Kovalainen brilló sin control de tracción hasta conseguir la cuarta plaza. Kubica, quinto, también. El polaco le endosó ocho décimas a Heidfeld, aunque en este caos electrónico resulta difícil saber si Robert no llevaba alguna ayuda. Detrás, Roldán Rodríguez completó una jornada mucho más competente de lo que refleja su tiempo final. Siempre por delante de Van der Garde (dos años de experiencia como probador) en las tandas, el vallisoletano tuvo problemas de temperatura en las ruedas y no pudo bajar finalmente el mejor registro del holandés.