NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Motociclismo | Gran Premio de Australia

Pedrosa bicampeón

El genial piloto español superó todos sus miedos en su circuito maldito con un cuarto puesto que le dio el título de 250cc pese al triunfo de Porto y se convierte en el más jóven de la historia en lograr dos títulos

<b>CON LA BANDERA DE ESPAÑA. </b>El piloto de Sabadell se convierte en el segundo español en lograr el campeonato del mundo de 250cc tras Sito Pons.
reuters

Vistió su rostro con la mejor de sus sonrisas para anunciar al planeta que es el mejor piloto con una moto de 250cc. Daniel Pedrosa, el niño de oro, cambió las lagrimas del pasado año, cuando ganó el Mundial de 125cc, por una sonrisa que iluminó Phillip Island. Y todo ello sin perder esa profesionalidad que le ha hecho el mejor. Bicampeón del mundo con todas las letras. Esa es la nueva condición de Daniel Pedrosa tras certificar en Australia un título de 250cc que llegó tras acabar cuarto en Phillip Island, su circuito maldito que estuvo a punto de jugársela otra vez. La carrera la ganó Sebastián Porto, pero al español le bastaba con sumar dos puntos (14º) para coronarse campeón y ni siquiera la pelea del podio, con los sanmarinenses De Angelis y Poggiali, le sedujo lo suficiente como para jugarse retrasar la fiesta hasta Valencia. Había recibido ya demasiados sustos y echó mano de esa inteligencia fuera de lo común que posee para regular, para no dejarse llevar por la pasión de demostrar que es mejor piloto que el campeón del año pasado. Ya lo ha certificado a lo largo del año, debió pensar el piloto catalán.

Parece mentira, pero a Dani le ha costado más rematar el título matemáticamente que llegar hasta las puertas de él en el año de su debut en la categoría. Y a eso ha ayudado la maldición de Phillip Island que le persigue. El año pasado llegó aquí como recién proclamado campeón del mundo de 125cc y la primera vez que subía a la moto se fracturaba los dos tobillos. Ese mal recuerdo fue el primer rival contra el que tuvo que lidiar Dani al llegar a Australia, pero no fue el único.

El sábado, en los entrenamientos oficiales de la tarde, se llevó un enorme susto al caerse a 210 por hora. Parecía que uno de sus tobillos de cristal se había vuelto a romper, pero todo quedó en un sobresalto que le hizo perder confianza para la carrera de ayer. Para colmo de males, antes de salir a la prueba, en el entrenamiento libre de la mañana (warm up), Dani veía sorprendido como su moto se paraba por avería cuando todavía no había dado la primera vuelta. Pudo aprovechar los últimos minutos con la moto dos, la misma con la que lleno de dudas salió más tarde a pista a por la gloria.

Aunque a él no le guste que se lo digan, Pedrosa está hecho de puro titáneo, una aleación de que coincide con su definición: frío, duro y ligero, capaz de sobreponerse a la adversidad. El primer título siempre es el más especial, y por eso lloró con tanta emoción Dani en Sepang el año pasado, pero aquel de 125cc no fue tan sufrido como este de 250cc.

Él también lo sentía así y por eso celebró la consecución de su bicampeonato por todo lo alto. En la vuelta de honor, paseó la bandera de España y lució su camiseta con su caricatura preferida al estilo Jedi (Guerra de las galaxias). También se pintó la cara de azul al más puro estilo Braveheart y exhibió una leyenda de lo más guerrera: Fuerza y honor.

Todos pensamos ahora en un Pedrosa en MotoGp. De momento cuando se encontró en Australia con uno de sus mayores admiradores, un tal Valentino Rossi, el genio de Urbino le djio que le esperaba en la cilindrada reina del Mundial. El próximo año seguirá en el dos y medio en busca de su tercer Mundial consecutivo, el segundo de 250cc e igualara así la cifra de Sito Pons, el único español, hasta ahora que había logrado el título de la cilindrada media. ¿Y la katana? Según él es lo que corresponde a la clase media. ¿Qué usará entonces el día que gane el campeonato de MotoGP? Un año de estos saldremos de dudas.