Sosa, el mariscal de Universidad

A golpe de goles, Ismael Sosa se ha ganado un lugar en el Olimpo de los ídolos azul y oro, aunque le falta un título.

Pero eso parece no importarle a nadie esta noche en Ciudad Universitaria, donde su nombre era mentado desde antes del encuentro.

"Hoy quedamos 2-0 con dos del 'Chuco'", decía el "Coreano", integrante de una de las barras de Pumas.

La noche en Ciudad Universitaria olía a goles y fútbol, a cerveza y mariguana, a Pumas y Copa Libertadores. 

El máximo torneo continental de clubes volvió al Pedregal tras casi una década y lo hizo con un marco esplendoroso, con cerca de 40,000 asistentes en la tribuna del Olímpico Universitario y con un Pumas que deleitó a sus seguidores con una goleada frente al Emelec ecuatoriano. 

Ciudad Universitaria tiene un nuevo ídolo y se llama Ismael Sosa. El argentino corresponde el cariño con goles y se deja mimar por la afición azul y oro, aunque después del partido que puso a Pumas como líder del Grupo 7 de la Copa Libertadores, mira callado su teléfono mientras espera a pasar a la prueba antidopaje en las entrañas del Olímpico.

A su lado el berrinchudo Britos, otro "bienamado" de la afición de Pumas, habla por teléfono con su esposa y le pide que lo espera a que salga del antidóping.

Sosa hizo estallar el Olímpico cuando muchos apenas le daban el primer trago a la cerveza, cuando la treintena de ecuatorianos con camiseta celeste buscaban su lugar en la tribuna.

Porque sí llegaron algunos hinchas "eléctricos" al Pedregal, silenciosos pero confiados en la victoria de su equipo, hablando de los históricos Iván Kaviedes y Carlos Alberto "Cuqui" Juárez, dos que pasaron por la liga mexicana con más pena que gloria.

Pero aunque el patrocinado de la Copa Libertadores designó al portero Palacios como el jugador del partido, la gloria de la noche fue toda para Sosa, el hombre que rompió el ayuno libertador para Pumas, el nuevo mariscal del Club Universidad.