Curse of the Sea Rats, un ratoidvania en la alta mar del género

¿Está experimentando el mercado indie una saturación de metroidvanias? Sin duda, es uno de los géneros de moda en la industria independiente, con Hollow Knight o Blasphemous como referencia. Destacar en el género es una misión de elevada dificultad, pero Petoons Studio aceptan el reto, con el que se salen de su habitual línea de títulos infantiles. Curse of the Sea Rats es la nueva obra del estudio español, publicada por Meridiem Games, de cuyo proceso creativo nos hablan en su presentación desde las oficinas de Nintendo España. El próximo 6 de abril zarpamos hacia esta aventurrata en Nintendo Switch, PC, editado por PQube y publicado por Meridiem Games.

Un ratoidvania inspirado en el Disney de los 80-90

Petoons Studio ha evolucionado mucho desde Petoons Party y el videojuego infantil. “El tener un equipo más diverso nos ha ayudado muchísimo a la hora de enriquecer nuestra visión y nuestra forma de trabajar”, comenta Dani del Amor, fundador del estudio y director creativo, durante la presentación de Curse of Sea Rats. Con un equipo compuesto con gente de diversos géneros, procedencias y orientaciones, Petoons Studio ha podido diseñar un título con una narrativa profunda y personajes con mucho relieve, liberados del encorsetamiento de los clichés de siempre.

Curse of Sea Rats ha sido dibujado a mano, fotograma a fotograma, en un precioso estilo artístico que nos hace sentir como en una serie de animación. Dani del Amor comenta cómo fue el Disney de los 80 y los 90 quien inspiró al equipo para crear un juego que transmitiera magia, emoción y aventura, con lo que darle importancia a la parte narrativa era vital, así como a la animación de los propios personajes para que estos se sintieran auténticos.

“Somos un estudio que trabajamos de manera transversal y, aunque haya gente trabajando en un departamento u otro, todos los involucramos en la parte narrativa y diseño de personajes”, añade Sergio García, CEO y co-fundador de Petoons Studio. El objetivo ha sido crear un título en el que todo vaya fluido tanto a nivel de gameplay como de historia. Curse of the Sea Rats mantiene la filosofía del estudio de promover el juego cooperativo local en el que se pueden sumar hasta 4 jugadores. Sobre la historia, tenemos a una tripulación transformada en ratas a manos de la poderosa bruja pirata Flora. Nuestros personajes son David Douglas, de la marina americana; Akane, una guerrera japonesa, Buffalo, nativa americana y Bussa, un rebelde esclavo americano. Los cuatro han sido víctimas del imperio británico y van a ser ajusticiados por alta traición. La transformación en ratas es, accidentalmente, su billete hacia la libertad. “A lo largo de la partida veremos cómo afecta a los personajes su transformación en ratas y cómo se sienten al respecto”, adelantan desde Petoons.

Una tripulación ratuna

Asimismo, cada personaje tendrá sus propias características y habilidades, y un árbol de progreso que añade ciertas nociones roleras. Douglas, con magia de fuego es el más equilibrado y pensado para el público que desee iniciarse en el juego. Akane, aunque frágil, será una guerrera ágil y diestra en ataques muy potentes basados en el agua. Búfalo será diestra en ataques a distancia y podrá hacerse invisible, amén de usar magia eléctrica. Bussa, finalmente, cumplirá con el perfil de tanque al tener mayor capacidad de salud y poder mantener el bloqueo de ataques, mientras basa sus poderes en la tierra.

“El juego no es fácil, pero también tiene su recompensa, “, anuncia Yeray Toledano, jefe de diseño. “A medida que vas progresando vas descubriendo nuevas piezas de la historia, que se sienten como una recompensa después de enfrentarte a jefes muy difíciles”. Con 12 bosses en total, desde el estudio se han esmerado en darle personalidad propia a cada uno de ellos para hacerlos inolvidables. Asimismo, con el objetivo de convertirse en un videjuego con alma y no un “indie metroidvanero más”, Curse of Sea Rats busca su propia identidad dentro de un género tan copado como es el metroidvania. Asimismo, el juego luce un sentido del humor inspirado en las aventuras gráficas de Lucas Arts y es que es imposible no hacer un juego cómico de piratas sin pensar en Curse of the Monkey Island.

Mejor en compañía

A la hora de diseñar Curse of the Sea Rats, Petoons Studio ha puesto el ojo en otros metroidvanias de éxito como Blasphemous. La dificultad es un ingrediente casi obligatorio en el género, pero desde Petoons Studio lo han enfocado como un reto que superar en compañía, más allá de un festival de demostración de habilidades jugonas.“La idea no es que si tienes un problema pases el mando a alguien para que te pase un enemigo, sino que le invites a que se sume a la partida y así os pasáis juntos el juego”, añade Dani del Amor. “Así, una persona que no tiene tanta habilidad puede tener la sensación de que lo logrado por sí misma y ha llegado al final de la historia”. Sergio García destaca, además, que la idea es que Curse of the Sea Rats atraiga a simple vista, de tal modo que los espectadores se sientan atrapados por la narrativa y se animen a probarlo también.

La banda sonora ha sido también uno de los aspectos más mimados Curse of the Sea Rats. Màxim Ballet, compositor, ha creado más de 56 piezas musicales, de las que se seleccionaron 20 que pueden escucharse en el juego. La música clásica y la folclórica se mezclan en la obra de Ballet: “Busqué la precisión y determinación de la música clásica”, comenta el compositor. “Pero también tenemos el factor irlandés, que pone la música folclórica. Por lo tanto, se tenían que unir de alguna forma y ese fue un poquito el reto al principio de cómo enfocar todo esto”, decía Ballet.

La selección del estilo música también pone contexto en la historia de Curse of Sea Rats, como añade Màxim Ballet: “Douglas es transformado en rata en el año 1777, cuando Mozart y su madre viajan a París, en pleno auge de la música clásica en Europa”.

The Curse of the Sea Rats nos invita a un ratoidvania que nos envolverá en magia, misterio y secretos que descubriremos durante una exploración exhaustiva. Un desafío que disfrutaremos mejor en compañía y que promete sumergirnos en una magia de la que sólo era capaz el cine de animación de nuestra infancia.