¿A qué juego hoy?
Silent Hill: Homecoming no estaba a la altura de los anteriores pero sigue siendo un juego bastante digno
Regresamos a Silent Hill: Homecoming en nuestra recomendación para pasar un Halloween terrorífico. Así era el juego de Double Helix para PS3, Xbox 360 y PC.
Silent Hill: Homecoming fue el primer título de la saga lanzado en consolas de la séptima generación: PlayStation 3 y Xbox 360. El legendario compositor Akira Yamaoka era uno de los últimos resquicios del Team Silent presentes en este juego desarrollado por Double Helix Games. Regresamos a Silent Hill con Homecoming como parte de nuestra recomendación diaria:
Así era Silent Hill: Homecoming, el primer juego de la saga lanzado en PS3 y Xbox 360
Finales de 2008. Konami lanza Silent Hill: Homecoming, un título que destacó por ser el primero de la saga en la séptima generación (la de PS3, Xbox 360 y Wii) y también por ser no haber sido desarrollado por el Team Silent. De hecho, este equipo de desarrollo en 2008 ya ni siquiera existía; su último juego fue Silent Hill 4: The Room en 2004 y en 2005 fueron absorbidos por la propia Konami tras haber disolver el estudio.
En Homecoming acompañamos a Alex Shepherd, un veterano de guerra que regresa a su hogar en Shepherd’s Glen, donde encuentra a su madre en estado catatónico, y su padre y su hermano pequeño han desaparecido. Como es habitual en la saga, sucesos tan misteriosos como macabros no tardan en suceder y la búsqueda de Alex le lleva hasta Silent Hill, cuya historia tiene mucho que ver con el origen de Shepherd’s Glen y los secretos de sus vecinos.
El hecho de que Alex Shepherd tuviese entrenamiento militar se plasmaba en la jugabilidad: adiós al control tipo tanque y las cámaras fijas de anteriores entregas. En su lugar podíamos hacer uso de la cámara libre tanto para atacar cuerpo a cuerpo con armas de este tipo a las criaturas como para dispararles con armas de fuego como si de un juego de disparos en tercera persona se tratara. También hay un botón dedicado para esquivar.
Para los fans más acérrimos todo esto esto fue un sacrilegio. Si además sumamos que no salió pulido del todo esto supuso su condenación irredimible incluso aunque muchos ni siquiera lo habían jugado. La realidad es que era —y sigue siendo— un título bastante disfrutable pese a no estar a la altura de los anteriores, especialmente en el plano técnico, donde tenía numerosos problemas.
Otro de los motivos de la quema fue el hecho de que cogía prestadas cosas de la película de 2006 protagonizada por Radha Mitchell y Sean Bean, como algunas localizaciones, el diseño de algunos enemigos o el efecto de transición al Otro Mundo. También fue en su momento el Silent Hill más sangriento y optó por un enfoque de terror más directo y menos psicológico.
También fue el Silent Hill más oscuro hasta la fecha... en sentido literal. Las capturas que acompañan a este texto están tomadas por nosotros mismos usando los ajustes de brillo recomendados. Incluso con la linterna encendida, hay ocasiones en las que no se ve a más de un par de metros por delante de nuestro personaje. Depende de cómo nos lo tomemos, esto puede jugar a su favor en cuanto a presión psicológica para el jugador, ya que no sabemos cuándo nos puede aparecer de repente algún enemigo.
Pero poniéndolo todo en perspectiva, la fórmula ganadora de anteriores entregas seguía estando aquí: atmósfera opresiva, encontronazos con enemigos de pesadilla, gestión de recursos, exploración y resolución de puzzles y, cómo no, los distintos finales. Seguía siendo un survival horror con todas las de la ley. No es que Silent Hill: Homecoming fuese malo. Es que los juegos del Team Silent eran demasiado buenos.
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